El papa Francisco felicitó hoy por la Navidad y pidió fraternidad para el mundo, sobre todo entre personas con ideas diferentes, de diversas religiones, etnias y culturas.
Poco antes del mediodía, el Sumo Pontífice apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro y desde allí saludó a la multitud congregada en la plaza vaticana, a la cual impartió su bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).
El anuncio de Belén
“A ustedes, fieles de Roma, a ustedes, peregrinos, y a todos los que están conectados desde todas las partes del mundo renuevo el gozoso anuncio de Belén: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”, afirmó, introduciendo su mensaje navideño.
Antes, ni bien se asomó, dos bandas militares ejecutaron los himnos de Italia y el Vaticano, como marca la antigua tradición.
Bendición navideña
Después un Cardenal recordó que la bendición navideña del Papa tiene valor no solo para los presentes en la plaza, sino también para quienes la seguían a través de los medios de comunicación.
Después sostuvo que, como los pastores, quienes fueron los primeros en llegar a la gruta, todos los seres humanos contemplan asombrados la señal que Dios dio: Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
“En silencio, nos arrodillamos y adoramos. ¿Y qué nos dice este Niño, que nos ha nacido de la Virgen María?”
“Nos dice que Dios es padre bueno y nosotros somos todos hermanos”, prosiguió el Santo Padre.
Llamado por la fraternidad
“Esta verdad está en la base de la visión cristiana de la humanidad. Sin la fraternidad que Jesucristo nos ha dado nuestros esfuerzos por un mundo más justo no llegarían muy lejos, e incluso los mejores proyectos corren el riesgo de convertirse en estructuras sin espíritu”, abundó.
Precisó que, por eso, su deseo de feliz Navidad es un deseo de fraternidad.
Diferentes, pero capaces de respetarse
Augurio que se aplica a personas con ideas diferentes pero capaces de respetarse y de escuchar al otro y a personas de diversas religiones; porque Jesús quiso revelar el rostro de Dios a todos aquellos que lo buscan.
Explicó que el rostro de Dios se manifestó en un rostro humano concreto, porque Jesús no apareció como un ángel sino que decidió nacer en un tiempo y un lugar concretos, como un hombre.
“Todos hermanos”
Con ese gesto, continuó, el hijo de Dios dejó en claro que la salvación pasa a través del amor, la acogida y el respeto de la pobre humanidad, que todos los seres humanos comparten en una gran variedad de etnias, de lenguas, de culturas, pero todos hermanos en humanidad.
Para el Papa, gracias al mensaje de la Navidad las diferencias no son un daño o un peligro, sino son una riqueza.
“Como ocurre con un artista que quiere hacer un mosaico para el cual es mejor tener a disposición teselas de muchos colores, antes que de pocos”.
El ejemplo es la familia
“La experiencia de la familia nos lo enseña: siendo hermanos y hermanas, somos distintos unos de otros, y no siempre estamos de acuerdo, pero hay un vínculo indisoluble que nos une, y el amor de los padres nos ayuda a querernos”, estableció.
“Lo mismo vale para la familia humana, pero aquí Dios es el Padre, el fundamento y la fuerza de nuestra fraternidad”, apuntó. Fuente: Diario de Yucatán