El Congreso de EE.UU, acusa al expresidente Donald Trump de participar en el ataque al capitolio del 6 Enero 2021.
Un grupo de legisladores, señala al exmandatario de haber impulsado a los partidarios de a cometer el asalto y de haberles dado “ayuda y consuelo”.
“Ninguno de los hechos del 6 de enero hubiera ocurrido sin él” informo el resumen de BBC News.
Jamie Raskin, jefe del comité, anuncia que estos serian los posible cargos hacia Trump
- Obstrucción de un procedimiento oficial
- Conspiración para defraudar a Estados Unidos.
- Conspiración para hacer una declaración falsa.
- Incitar, asistir o ayudar a una insurrección.
Estas acusaciones no son seguras, pero Raskin afirma que tiene la evidencia necesaria para respaldar la información.
No obstante el departamento de justicia esta llevando su propia investigación, y como resultado de dicha acción muchas personas han salido a declararse culpables.
Para Joe Moreno, exfiscal federal que una comisión del Congreso haga una recomendación penal al Departamento de Justicia contra un expresidente no tiene precedentes.
Durante largo tiempo, el expresidente Trump ha intentado cubrir las investigaciones penales y civiles en su contra como parte de una “cacería de brujas” de los demócratas, cuyo objetivo final es bloquear su regreso al poder.
Mientras tanto el Congreso no puede acusar a Trump de ninguno de esos delitos, los últimos que tiene la palabra es el Departamento de Justicia de EE. UU., que forma parte del gobierno del presidente Joe Biden.
los miembros del comité del Congreso han expuesto el caso y proporcionado una gran cantidad de pruebas de respaldo recopiladas durante casi dos años.
En el caso de que Trump fuera culpable, tendría una sentencia aproximada de 10 años de prisión y tendría prohibido postularse para algún cargo político.
Pero…¿Que pasó el 6 de Enero?
los senadores estadounidenses se reunían en el Capitolio, para certificar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
Entre 2.000 y 2.500 personas marcharon al Congreso portando armas; Cientos de ellas entraron a la fuerza al edificio a través de ventanas y puertas.
Los políticos fueron puestos en grave peligro, el vicepresidente Mike Pence tuvo que ser sacado rápidamente del recinto y los miembros del Congreso se escondieron mientras los manifestantes atacaban el edificio, gritando amenazas de muerte y abriéndose camino hasta el Senado.
Ya como presidente, Biden calificó el asalto como “una daga en la garganta de Estados Unidos y la democracia estadounidense”.
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