Cancun.- Este Viernes Santo el sol brillaba con gran fuerza, tanto que quemaba la piel, sin embargo, nada detuvo la representación de la Pasión de Cristo más tradicional de Cancún, siendo la número 23.
A pesar del calor en punto de las 10 de la mañana más de 70 actores y mil 500 personas se dieron cita en la explanada del parque de Las Palapas, en donde los asistentes presenciaron la representación de la crucifixión y muerte de Jesús.
Los espectadores vieron como Jesucristo era presentado antes, Pilatos, Herodes y Ananás, para ser juzgado por hacerse llamar el Mesías y Rey, en donde la gente participó y algunos gritaban que lo condenarán y otros que lo liberarán.
Además, fueron testigos de cómo Herodes se burlaba de Jesucristo, pero no lo encontró culpable y solicitó que regresara con Pilatos en donde con más fuerza la gente solicitaba que lo liberaran, de hecho, un par de mujeres afirmaban que este año hoy ellas cambiarán la historia de Jesús y lograrían liberarlo, sin embargo, no fue así e inician lo siete momentos en el que derramo sangre.
Primera caída
Es azotado Jesús cae por primera vez “¡Y de hecho cargó con nuestros males y soportó todas nuestras dolencias!” Isaías 53, 4-6.
Segunda caída
Para la séptima estación y tras ser azotado sin piedad, Jesús cae por segunda vez. “Soy el hombre que ha visto la aflicción bajo el látigo de su furor. Me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin luz”. Lamentaciones 3, 1-2.9.16.
En ese momento el actor se ve tan cansado y acalorado, que empieza a temblar en el suelo, se intenta secar el sudor y trata de evitar que no les entre a los ojos, sin embargo, aprovecha esa caída para tomar fuerzas, además que la corona de espinas de utilería que le colocaron en verdad le estaba lastimando.
Tercera caída
Jesús cae por tercera vez y en esta estación también representaron el encuentro con su madre y el encuentro de Jesús con las mujeres a quienes consuela.
Finalmente llegaron a la cima del Cerro Calvario donde los Judíos prepararon a Jesús, Dimas y Gestas para ser crucificados. La muerte fue lenta, muy lenta, y acompañada de un sufrimiento terrible”.
Mientras tanto, varios los responsables de la utilería y escenografía, preparaban las tres cruces que tenía que levantar con cuerdas y donde moriría Jesús crucificado, así como Dimas y Gestas.
La gente estaba muy atenta a todo y trataba de guardar silencio, para ser contagiados con el espíritu de la semana santa.