El año 2023 fue testigo de un aumento significativo de la violencia y la muerte en Israel y los territorios ocupados palestinos. El grupo islamista Hamás llevó a cabo un devastador ataque que marcó un antes y un después en el conflicto palestino-israelí. Lanzaron 3,000 cohetes e infiltraron a milicianos, resultando en al menos 1,200 muertos y 250 secuestrados en poblaciones israelíes cercanas a la Franja de Gaza.
Israel respondió con una ofensiva contundente en Gaza, desatando la violencia y causando la guerra más mortífera en la historia del enclave, con más de 19,600 muertos, 52,500 heridos y 7,500 desaparecidos bajo escombros. La Franja enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, con escasez de agua potable, alimentos, medicinas y electricidad.
Cisjordania también experimentó una espiral de violencia, con redadas diarias del Ejército israelí, enfrentamientos con milicias locales y ataques cruzados entre palestinos y colonos judíos. Murieron 509 palestinos solo en 2023, con más de 3,450 heridos y 2,400 detenidos.
Las diferencias entre el gobierno de Netanyahu y la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, se acentuaron. Mientras Netanyahu aboga por una política de ocupación y colonización en Cisjordania, la comunidad internacional defiende la solución de dos Estados.
El conflicto, lejos de atenuarse, ha creado una situación insostenible, con consecuencias devastadoras para la población civil y un impacto negativo en la estabilidad de la región. La respuesta internacional y los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un cese al fuego se vuelven más urgentes en medio de esta escalada de violencia.
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