El presidente argentino Javier Milei anunció la decisión de retirar al país de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a lo que calificó como “profundas diferencias” con la gestión sanitaria del organismo, especialmente en relación con la pandemia de COVID-19. La medida se formalizó a través de una instrucción al canciller Gerardo Werthein para que se lleve a cabo el retiro de la participación argentina en la organización.
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Críticas a la gestión sanitaria de la pandemia
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, destacó que las críticas del Gobierno argentino están centradas en la forma en que la OMS manejó la pandemia, en particular, las políticas implementadas durante el gobierno de Alberto Fernández (2019-2023). Adorni recordó que, bajo esa administración, Argentina experimentó el “encierro más largo de la historia de la humanidad”, con un confinamiento estricto que se extendió entre marzo y noviembre de 2020. A pesar de las flexibilizaciones posteriores, las restricciones continuaron en el país durante gran parte del 2021.
En ese contexto, el portavoz subrayó que el gobierno de Milei considera que la OMS influyó políticamente en los gobiernos nacionales, lo que limitó la autonomía de los países en la toma de decisiones sobre sus políticas sanitarias. “Los argentinos no vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía, mucho menos en nuestra salud”, agregó Adorni, refiriéndose a la postura firme del Ejecutivo respecto a la gestión de la salud pública.
Impacto financiero y de políticas nacionales
Una de las aclaraciones más importantes del gobierno argentino fue que el retiro de la OMS no implicará una pérdida de financiamiento. Según las autoridades, Argentina no recibe recursos económicos directamente del organismo para la gestión sanitaria, por lo que la decisión no afectará la calidad de los servicios ni la capacidad de inversión en el sector salud. Por el contrario, se considera que esta medida ofrecerá al país más flexibilidad para implementar políticas adaptadas a sus necesidades y contexto particular, lo que fortalecería su soberanía en la toma de decisiones.
De acuerdo con Adorni, la salida de la OMS “reafirma nuestro camino hacia un país con soberanía también en materia de salud”, al tiempo que resalta la importancia de mantener un control más directo sobre las políticas sanitarias y los recursos disponibles. Esta postura de soberanía ha sido una constante en el discurso del actual gobierno, que busca reducir las influencias externas en diversas áreas, incluida la salud.
El contexto internacional: Trump y la OMS
El anuncio de Milei llega en un momento en que varios países están cuestionando la efectividad de la Organización Mundial de la Salud, especialmente después de las críticas recibidas por su gestión de la pandemia de COVID-19. En 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había tomado la decisión de retirar a su país de la OMS, argumentando que los recursos de Estados Unidos eran mayores que los de China, mientras que la organización parecía ser más flexible con el régimen chino. Aunque Trump firmó la orden ejecutiva para la salida de su país, la medida no se concretó debido a la llegada de Joe Biden al poder en 2021, quien revirtió la decisión.
El retiro de Argentina, aunque se da en un contexto diferente, refleja una creciente insatisfacción con la respuesta de la OMS ante la crisis sanitaria global, especialmente en relación con la forma en que los gobiernos nacionales fueron guiados por las recomendaciones del organismo. La postura de Milei no es única y se enmarca en un ambiente internacional en el que varios países están reconsiderando su relación con la OMS, especialmente aquellos que sienten que sus intereses no fueron plenamente representados durante la pandemia.
¿Qué implicaciones tiene la salida para Argentina?
La decisión de Milei de retirar a Argentina de la OMS tiene varias implicaciones tanto a nivel nacional como internacional. A nivel interno, el gobierno sostiene que esta medida le otorgará mayor autonomía en la gestión de políticas sanitarias, lo que podría resultar en una mayor capacidad de respuesta ante futuros desafíos sanitarios. Además, esta decisión se alinea con la idea de potenciar la soberanía nacional en varios aspectos, lo que forma parte de la agenda más amplia del gobierno de Milei.
Sin embargo, a nivel internacional, la salida de Argentina de la OMS podría generar tensiones con otros países que aún consideran valiosa la participación en la organización. Además, la OMS juega un papel clave en la coordinación de políticas sanitarias globales y en la respuesta a futuras pandemias, por lo que la decisión podría aislar a Argentina en algunos foros internacionales relacionados con la salud.
El futuro de la salud pública argentina
A pesar del retiro de la OMS, las autoridades argentinas siguen comprometidas con el fortalecimiento de su sistema de salud, adaptado a las necesidades del país. La decisión de Milei podría llevar a un enfoque más independiente y enfocado en las prioridades nacionales, lo que podría incluir una mayor inversión en el sector público de salud y una revisión de las políticas de prevención y tratamiento de enfermedades.
El tiempo dirá si esta medida tendrá consecuencias positivas o negativas para la salud pública en Argentina, pero lo que es claro es que el gobierno de Javier Milei está marcando una línea en cuanto a la soberanía nacional y el control de sus políticas internas. Con esta decisión, se abre un nuevo capítulo en la relación entre Argentina y las organizaciones internacionales que intervienen en la salud pública global.
Fuentes: López Dóriga
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