Los recientes bombardeos israelíes en Gaza han desencadenado una grave crisis humanitaria, con un aumento significativo en el número de víctimas en las últimas horas. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, al menos 390 personas han perdido la vida y 734 resultaron heridas en las últimas 48 horas. Estas cifras son especialmente alarmantes, ya que el 70% de los afectados son niños y mujeres, según el comunicado del ministerio, controlado por el grupo islamista Hamás.
El total de fallecidos por la ofensiva militar israelí ahora asciende a 20,057, con 53,320 personas heridas. La magnitud del desastre se agrava con la advertencia de que alrededor de 6,700 personas aún se encuentran atrapadas bajo los escombros, y las cifras de víctimas podrían aumentar a medida que se lleven a cabo operaciones de rescate.
En medio de la violencia, se han denunciado nuevos ataques a instalaciones médicas, incluido el Hospital Al Awda en el norte de Gaza. Según informes, una empleada del hospital perdió la vida por disparo de un francotirador. El sitio ha sido asediado, generando una situación desesperada con la falta de alimentos, agua y medicamentos para quienes buscan refugio y tratamiento médico.
La Media Luna Roja palestina también ha reportado incidentes graves, indicando que miembros de su personal fueron detenidos por fuerzas israelíes. Algunos de ellos fueron sometidos a palizas y torturas, y se informa que ambulancias y sistemas de comunicación fueron destruidos, afectando la capacidad de respuesta ante la emergencia.
Mientras tanto, el Ejército israelí afirma llevar a cabo operaciones más selectivas, apuntando a centros de mando y responsables de comandos de Hamás en lugar de realizar bombardeos indiscriminados. Sin embargo, la situación sobre el terreno continúa siendo crítica, y la población civil enfrenta un grave riesgo.
La comunidad internacional ha expresado su profunda preocupación por la escalada de violencia y ha llamado a un alto el fuego inmediato para garantizar la seguridad de los civiles. Las agencias humanitarias están trabajando bajo condiciones extremadamente difíciles para proporcionar asistencia a los afectados, pero el acceso limitado y la inseguridad complican los esfuerzos de socorro.
En este contexto, la crisis en Gaza no solo es un conflicto entre actores políticos, sino una tragedia humanitaria que requiere una respuesta urgente de la comunidad internacional para proteger la vida de los civiles atrapados en medio de la violencia.
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