El inmueble, ubicado en Ciudad Universitaria, a un costado de la Facultad de Filosofía y Letras y cerca de la Torre de Rectoría, alberga aproximadamente 600 mil ejemplares y cuenta con unas ocho mil consultas por día, en promedio, de acuerdo con información de la misma biblioteca.
Con un acervo de 80 mil volúmenes: 20 mil adquiridos ex profeso para ella y el resto provenientes del Departamento Técnico de Bibliotecas, el 5 de abril de 1956, hace exactamente 60 años, la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria (CU) abrió sus puertas.
Seis décadas después, con un acervo que incluye tan solo en su colección general poco más de 270 mil títulos en 527 mil volúmenes, un Fondo Antiguo y la colección de tesis más grande del país, su belleza y majestuosidad permanecen intactas.
Su historia comenzó cuando, en 1948, el arquitecto y pintor Juan O’Gorman fue invitado para que proyectara, con los arquitectos Gustavo Saavedra y Juan Martínez de Velasco, el edificio al que se había concedido una posición preponderante en el Plano de Conjunto de CU.
El programa constructivo se basó en estudios hechos por José Ma. Luján sobre el funcionamiento de las principales bibliotecas universitarias del mundo, y a partir de ello se creó una edificación dentro de las corrientes funcionalistas dominantes en esos años, destinada a almacenar un millón de libros.
El cuerpo horizontal aparece tendido contra el desnivel del terreno, y en sus fachadas alternan las fajas visibles de la estructura de piedra volcánica, extraída del suelo del Pedregal.
En determinados lugares los muros de piedra incluyen relieves del mismo material, con motivos inspirados en la tradición del mundo prehispánico. Las fachadas del gran cubo que forma el cuerpo vertical muestran en la base una franja de vidrieras y muros bajos que corresponden al piso abierto. Después se despliegan 10 pisos, con las composiciones pictóricas que hacen de este edificio la construcción emblemática de la Ciudad Universitaria.
La construcción de la Biblioteca inició en 1950, en un área total de 16 mil metros cuadrados. Entonces, estaba organizada en las secciones de: Publicaciones periódicas, Préstamo, Consulta y Reserva. Los catálogos, préstamo y salas de lectura se ubicaban en la planta principal, debido a que los usuarios no tenían acceso a los pisos de la torre.
Después de 25 años de vida se llevó a cabo la primera remodelación (1981-1983), con el objetivo de concebir un nuevo modelo de biblioteca, caracterizado por la interacción de los usuarios con las colecciones.
Los principales cambios fueron: la redistribución del acervo y servicios a los usuarios; acceso de éstos a las colecciones; un nuevo horario de funcionamiento y la automatización de los servicios (en 1986).
En el 2000 se realizó una segunda remodelación y distribución del acervo para recuperar la idea arquitectónica original de la planta principal y tener mejor iluminación natural. Además, se amplió el horario de servicio de 8:30 a 21:30 horas. Se recuperaron el jardín interior y la fuente de la entrada principal.
Respecto al más importante testimonio de su creación, Juan O’Gorman expresó: “Desde el principio tuve la idea de hacer mosaicos de piedras de colores en los muros ciegos de los acervos, con la técnica que ya tenía bien experimentada. Con estos mosaicos la biblioteca sería diferente al resto de los edificios de la CU, y con esto se le dio carácter mexicano”.
Fuente MVS