Los bomberos de Los Ángeles siguen luchando contra dos incendios forestales que ya llevan seis días activos, en medio de un clima extremadamente peligroso. A pesar de un breve respiro en las condiciones, los fuertes vientos de Santa Ana se reanudarán, lo que aumentará el riesgo de que las llamas se expandan aún más.
El gobernador de California, Gavin Newsom, calificó estos incendios como posiblemente el desastre natural más devastador en la historia de Estados Unidos. A la fecha, al menos 24 personas han muerto, miles de viviendas han sido destruidas y más de 100,000 personas han sido evacuadas.
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Destrucción generalizada en Los Ángeles
Las llamas han arrasado barrios enteros, incluyendo tanto áreas exclusivas como zonas residenciales comunes. Más de 12,000 estructuras han sido dañadas o destruidas, lo que deja un paisaje apocalíptico, con vastas áreas cubiertas de ruinas humeantes.
Lindsey Horvath, supervisora del condado de Los Ángeles, describió la situación como “una noche de terror y angustia inimaginables” para los residentes afectados. Los bomberos han trabajado sin descanso para contener los incendios, utilizando tanto vehículos aéreos como equipos terrestres, luchando por evitar que el fuego llegue a áreas aún más densamente pobladas, como Brentwood.
Contención parcial y nuevas amenazas por vientos
El incendio de Palisades, al oeste de Los Ángeles, ha consumido alrededor de 37 millas cuadradas, y su contención se encuentra apenas en un 11%. Mientras tanto, el incendio de Eaton, en las estribaciones del este, ha quemado más de 22 millas cuadradas y está contenido en un 27%.
En otras zonas del condado, como el incendio de Hurst, la situación es más favorable, con un 89% de contención. Sin embargo, a pesar de los avances, los bomberos enfrentan un desafío significativo con los vientos de Santa Ana, que se esperan con fuerza de huracán a partir de la noche del domingo. Estos vientos, que ya han alimentado el fuego en días anteriores, podrían empeorar la situación durante los próximos días.
Evacuaciones y riesgo para los residentes
Hasta el domingo, más de 100,000 personas habían sido evacuadas, y otras 87,000 más están bajo aviso de evacuación. El jefe de bomberos del condado, Anthony Marrone, advirtió que las zonas evacuadas no podrían ser reabiertas hasta, al menos, el jueves.
El gobierno de California ha declarado un estado de emergencia y ha suspendido temporalmente las regulaciones medioambientales para acelerar la reconstrucción en las áreas devastadas. Esto, en un esfuerzo por facilitar la recuperación de miles de personas que han perdido todo.
Un gran esfuerzo de ayuda internacional
El personal militar de los Estados Unidos ya está en posición para apoyar los esfuerzos de extinción de incendios, y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ha instado a los residentes afectados a solicitar ayuda lo antes posible. Bomberos de otros estados, Canadá y México se han sumado al esfuerzo para combatir los incendios en el condado de Los Ángeles.
Testimonios de residentes afectados
El impacto en la población es profundo. En Altadena, un residente identificado como Tristin Pérez desafió las órdenes de evacuación para intentar salvar su hogar y las propiedades de sus vecinos. A pesar de que su casa sobrevivió, las llamas destruyeron viviendas cercanas, dejando la zona llena de escombros y peligros como cables eléctricos con corriente.
Zuzana Korda, quien fue evacuada de su casa en el barrio de Fernwood, compartió su angustia al no saber si su hogar había sobrevivido. “Lo hemos dejado todo. No tenemos seguro. Nos arriesgamos a perderlo todo”, dijo, mientras esperaba noticias sobre el estado de su vivienda.
Impacto económico y recuperación a largo plazo
Según estimaciones de AccuWeather, los daños y pérdidas económicas podrían superar los 135,000 millones de dólares, una cifra que subraya la magnitud de la tragedia. El presidente de California, Gavin Newsom, destacó que este desastre, debido a sus dimensiones económicas, podría ser uno de los más costosos de la historia del país.
Preparación para lo peor
Con el pronóstico de que los vientos de Santa Ana continuarán durante varios días, las autoridades han intensificado las medidas de seguridad, mientras los residentes permanecen en constante alerta. Los bomberos de la región han reiterado que la amenaza aún está lejos de ser controlada por completo, y que la situación podría empeorar dependiendo de la intensidad de los vientos y la sequedad del terreno.
Fuentes: Aristegui noticias
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