Este 6 de abril, con motivo del Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, México vivió una jornada nacional de activación física con la Clase Nacional de Boxeo 2025. El evento fue convocado por la presidenta Claudia Sheinbaum, el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Dirección Nacional de Promoción al Deporte y Bienestar.
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Paz desde los muros: miles se suman al deporte
Miles de personas participaron simultáneamente en plazas públicas de los 32 estados. A la par, 18 mil 720 personas privadas de la libertad (PPL) se integraron a la clase desde 150 centros penitenciarios y seis centros para adolescentes en 29 estados del país, además del Centro Federal de Readaptación Social número 16.
La organización de esta jornada fue resultado de un esfuerzo conjunto entre el director nacional de promoción al deporte, Miguel Torruco; autoridades penitenciarias; la red VIRAL; y el programa “Knockout: No Tires la Toalla”, impulsado por la Dra. Eunice Rendón y el presidente del CMB, Mauricio Sulaimán.

Boxeo como camino de disciplina y reinserción
Durante semanas, las personas privadas de la libertad entrenaron en sus respectivos centros. La preparación física se complementó con trabajo emocional y comunitario, con el fin de fortalecer no sólo el cuerpo, sino también la mente y la voluntad.
El evento no fue sólo una clase de boxeo: para muchos, representó una oportunidad de superación personal, una herramienta para prevenir adicciones, fortalecer habilidades socioemocionales y construir entornos más dignos al interior de los centros penitenciarios.

Los estados con mayor participación fueron Guanajuato (3,310 personas en 11 centros), Nuevo León (2,650 en cinco centros), Sinaloa (1,812 en cuatro), y Chiapas (1,803 en 11). Otros estados como Querétaro (900), Oaxaca (890), Zacatecas (630) y Quintana Roo (618) también registraron una participación activa.
La organización CERES, liderada por Hilda Téllez, colaboró con la donación de playeras confeccionadas por personas privadas de la libertad dentro de los propios penales. Además, la periodista y activista Mónica Noguera participó impartiendo clases dentro del penal de Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México.

Testimonios que reflejan esperanza
Las voces desde dentro de los centros penitenciarios dan cuenta del impacto del evento. Una persona en Chiapas señaló: “El boxeo me ha permitido canalizar mi energía, mantener la disciplina y enfocar mi mente”. Desde Nuevo León, otro participante expresó: “Participar en la Clase Nacional me hizo sentir que aún somos vistos, que hay una segunda oportunidad”. Un tercero, desde la capital del país, afirmó: “El deporte me abrió un camino que quiero seguir, incluso fuera de aquí”.
Estos testimonios subrayan el sentido de pertenencia y dignidad que el deporte puede generar, incluso en contextos de privación de libertad. La jornada demostró que construir comunidad y abrir caminos de reinserción no es exclusivo del exterior.

Paz como mensaje compartido
La Clase Nacional de Boxeo 2025 se realizó en sintonía con la campaña internacional #WhiteCard, promovida por la organización Peace and Sport. A través del levantamiento simbólico de tarjetas blancas, participantes dentro y fuera de los centros penitenciarios enviaron un mensaje de unidad, reconciliación y paz construida a través del deporte.
Esta acción también se alineó con los principios del programa SC:ORE de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que reconoce al deporte como herramienta para fomentar la resiliencia y prevenir el delito, especialmente en contextos vulnerables.
La presencia simultánea de ciudadanos libres y personas privadas de la libertad en una misma actividad nacional generó un sentido compartido de comunidad. La inclusión del sector penitenciario en este tipo de iniciativas representa un avance en la comprensión de la reinserción social como un proceso integral que puede iniciarse desde adentro.

Deporte como política pública con sentido social
La realización de esta clase nacional responde a una visión de política pública que impulsa la práctica del deporte como medio para mejorar la salud, reducir la violencia y fortalecer el tejido social. Al integrar a sectores tradicionalmente invisibilizados como el penitenciario, se refuerza el mensaje de que nadie debe quedar fuera de los esfuerzos por una sociedad más justa.
La coordinación entre instancias gubernamentales, organizaciones sociales y figuras del boxeo profesional fue clave para lograr esta jornada. Más allá del simbolismo, el evento sienta bases para continuar trabajando con el deporte como vehículo de cambio social dentro de los sistemas de justicia y reinserción.
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