Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, viajó la semana pasada a la zona afectada por las trágicas lluvias en el litoral norte del estado de Sao Paulo y mandó un mensaje:
El bien común del pueblo es mucho mayor que nuestras diferencias políticas

Lula estuvo acompañado por el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, quien fue ministro de Infraestructura del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
El temporal en el estado más poblado de Brasil ha sido la última de las crisis enfrentadas por Lula en sus menos de dos meses de gobierno, que paradójicamente están cimentando la llamada “luna de miel” del mandatario izquierdista con la opinión pública y la prensa brasileña.

Una encuesta de la agencia MAP, recogida por O Globo, indica que entre las 1,4 millones de publicaciones analizadas esta semana, un 38,8 % estaban relacionados con el Gobierno de Lula y, entre ellas, un 60,3 % eran positivas.
Por su parte, el sondeo Genial/Quaest revela que el 65 % de los brasileños aprueban el comportamiento de Lula como presidente y que el 40 % de los entrevistados considera su gobierno positivo y otro 24 % regular. Solo un 20 % ve de una manera negativa al Ejecutivo.
Ante las primeras noticias del desastre, Lula interrumpió sus vacaciones de carnaval y viajó, acompañado de varios de sus ministros, a Sao Sebastiao, unas de las zona más afectadas, para coordinar las acciones de emergencia.
En una tragedia similar, ocurrida en diciembre de 2021 en el estado de Bahía, Bolsonaro no canceló sus días festivos en Santa Catarina y declaró ante sus simpatizantes: “Espero no tener que volver antes”.

Además del temporal en el litoral paulista, Lula ha tenido que lidiar con los violentos ataques a las sedes de los poderes en Brasilia y la crisis sanitaria de los indígenas yanomamis.
En el caso de los ataques a las sedes, el ultraderechista fue para muchos responsable directo de los hechos, pues durante su mandato se dedicó a desprestigiar tanto al poder legislativo y judicial, y a insinuar que solo el fraude en el “poco confiable” sistema de voto electrónico podían hacerle perder las elecciones.
De igual forma, se le acusó de la emergencia sanitaria de los yanomamis.
La Corte Suprema autorizó una investigación sobre si su gobierno incurrió en genocidio por omisión al no atender los pedidos de ayuda de los yanomamis, ante el violento y constante acoso de los mineros ilegales en su reserva.
Creomar de Souza, politólogo, indicó que con la crisis yanomami y las lluvias de Sao Paulo, ahora Lula intenta exhibir a la sociedad el enorme contraste entre él y Bolsonaro, a partir de la idea de que él se preocupa por todos los brasileños, mientras que Bolsonaro solo por sus electores”.
Fuente: RT