México.- Las olas de calor tienen un gran impacto en nuestra salud física y mental, debido a que generalmente aumentan la depresión y la agresividad.
Los médicos suelen temerlos, ya que las salas de emergencia se llenan rápidamente de pacientes que sufren depresión, agresividad, delirio y desmayos.
Está demostrado que el clima y las condiciones meteorológicas influyen en el estado de ánimo y en el comportamiento. El calor, en particular, favorece el aumento de agresividad, la irritabilidad y las tasas de suicidio.
Estudios recientes sugieren un aumento de al menos un 10 por ciento en las visitas a la sala de emergencias de los hospitales en los días en que las temperaturas alcanzan o superan el 5 por ciento superior del rango de temperatura normal para un lugar determinado.
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Pero el estudio de la relación entre el calor y la violencia no es nuevo. A mediados del siglo XIX el estadístico belga Adolphe Quetelet estableció unas curiosas “leyes térmicas”. Según estas leyes, los delitos contra las personas son más habituales en verano, los delitos contra la propiedad se cometen más en invierno y los delitos sexuales son más frecuentes en primavera.
La humedad y la temperatura, que están cambiando como resultado del cambio climático inducido por el hombre, se han relacionado causalmente con un aumento de los episodios maníacos en personas con trastorno bipolar. Este estado de la enfermedad causa un daño significativo y puede dar lugar a la hospitalización por psicosis y pensamientos suicidas.
El hipotálamo, un termostato en nuestro cerebro
Cuando nuestra temperatura corporal oscila entre 35 y 40 grados, el cerebro funciona sin problema. Ahora bien, si esa cifra aumenta el hipotálamo tiene que trabajar de más para reequilibrar el organismo. Esta región del cerebro controla funciones básicas para la supervivencia como la alimentación, la lucha o huida ante un peligro, la conducta sexual, el sueño o la temperatura corporal.
Al subir la temperatura los termorreceptores de la piel envían la información al hipotálamo. Este, para recuperar el equilibrio, activará ciertos procesos, como la sudoración, la vasodilatación o la producción de adrenalina.
Este proceso es lo que afecta a nuestro estado de ánimo, lo que podría generar agresividad y depresión entre las personas.
Comportamiento de agresividad y depresión por el calor
El calor también puede afectar la salud mental y la capacidad de pensar y razonar de las personas que no tienen un trastorno de salud mental. Las investigaciones muestran que las áreas del cerebro responsables de enmarcar y resolver tareas cognitivas complejas se ven afectadas por el estrés por calor.
Un estudio de estudiantes en Boston encontró que aquellos en habitaciones sin aire acondicionado durante una ola de calor se desempeñaron un 13 por ciento peor que sus compañeros en las pruebas cognitivas y tuvieron un tiempo de reacción un 13 por ciento más lento .
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