…Corrupción, negligencia, incredulidad, ignorancia, prepotencia y nula empatía por parte de los gobiernos municipales, estatales y federales, son las voces, los reclamos y gritos del “pueblo bueno” en el sitio donde horas antes el ciclón tropical más fuerte que hayan conocido las costas de Guerrero (llamado también Huracán OTIS) tocara esa hermosa tierra, mismos que se preguntaban, ¿Por qué nadie informó, por qué nadie sabía nada, donde estaban los albergues, las rutas de evacuación? Pero no han obtenido respuesta.
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Daños por Otis
Se estima que OTIS a su paso por Acapulco, dejo más de 46 muertos, más de 15,000 habitaciones de hotel destruidas, una pérdida económica de cerca de 16,000 millones de dólares y casi 280,000 viviendas afectadas, entre las cuales casi la mitad de ellas quedaron echás nada.
No quiero abundar en lo que usted a diario a escuchado en todos los medios de información, me enfocare en las voces de la gente que lo vivieron en carne propia, esa gente que no son turistas, que no tienen un seguro que cubra los daños, esa gente que está molesta y al mismo tiempo incrédula de cómo las autoridades no tenían preparado un albergue, una ruta de evacuación, o un plan para atención a víctimas en caso de huracanes.
Desde el 15 de octubre del año en curso, nueve días antes de que Otis tocara tierra El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) ya anticipaba la venida de una área de baja presión al suroeste de Guatemala, el veintidós de octubre, ya se había nombrado a esta depresión tropical como Huracán OTIS categoría 1.
24 horas antes de tocar tierra OTIS ya era categoría 5, nadie en el puerto, ni siquiera en el Aeropuerto Internacional General Juan N. Álvarez o Acapulco Diamante, ya ni decir de Pie de la Cuesta o en la laguna de Coyuca, en la bahía, o Barra Vieja, conocía de la existencia del huracán, ¿Pero cómo es posible esto? Pues sí querido lector, la gente de Acapulco no sabía lo que pasaría 5 horas después de que OTIS se hiciera categoría 5.
Los medios hablan e informan de lo ocurrido en la zona hotelera, en Acapulco Diamante, en el aeropuerto, de los turistas, pocos, pero muy pocos informan lo que pasa en las colonias populares, de la gente de a pie, de aquellos que no cuentan (según su propia voz) para el gobierno.
OTIS no solo dejo destrucción y pérdidas económicas en las zonas turísticas, también lo hizo en las zonas más pobres de Acapulco, no solo en la super-estructura de los hoteles, sino también en la infraestructura de toda la bahía y sus alrededores.
El colapso no solo sucedió en las casas, calles, avenidas, carreteras u autopistas, sistemas de comunicación (teléfono, celular, internet), luz eléctrica, también se colapsaron los suministros de combustibles y que decir de los sistemas de drenaje y de agua potable, estos dos últimos, a mi parecer, los más importantes, ya que de ellos depende la salud de muchos acapulqueños.
Imagínese querer ir al baño y que no exista cómo desaguar las heces, tener que lavarte las manos para comer y no exista agua limpia ¿No cree que eso es importante atacar? Yo creo que sí, puede volverse un problema de salud pública, pero, dicho por los que lo viven día con día, ello no es una prioridad para sus autoridades, están más enfocados en si es culpa de los conservadores, de los neoliberales, del bloque opositor, incluso del turismo…
¿Hubo un fallo?
Según los expertos y catedráticos de diferentes países, incluso personal del gobierno de México en turno, aseguran NO SABER, cómo es que falló la predicción de este desastre natural, incluso un personaje muy importante de la UNAM se atrevió a decir de forma pública, que, si fallaron los sistemas de EE. UU. y Canadá en la predicción de OTIS, ¿Cómo no era posible que fallara la nuestra? Qué consuelo para los que vivimos en este territorio.
El embate de Huracán dejará un fin de año roto en el Acapulco que vino poco a poco recuperándose primero, por los ciclones anteriores, después por la ola de inseguridad que vive desde algunos años atrás y ahora, con las mentiras de sus gobernantes.
El presidente se comprometió que para las fiestas decembrinas, los acapulqueños ya podrán estar en sus casas cenando con sus familiares, creo que es un comentario muy apresurado y de falsas esperanzas, porque si tan siquiera hubiera recorrido a pie las zonas más vulnerables, se hubiera dado cuenta que en el ambiente se confunden los olores de las aguas negras, la pestilencia de la basura regada, la humedad, es el olor a pobreza y a indiferencia, el olor a tristeza y desesperanza.
Si tan siquiera hubiera caminado algunos pasos entre la destrucción, NO se atrevería a prometer algo que no magnifica, ya que no solo es reconstruir los cristales y techos de la zona turística, es rehabilitar y construir nuevos sistemas de drenaje, redes de agua potable, plantas potabilizadoras, sub-estaciones eléctricas, redes eléctricas vías de comunicación, hogares, calles, banquetas, centros de apoyo, entre cientos de obras más y eso créame, no se lleva dos meses.
Si usted me pregunta, ¿Cuánto tiempo tardara en recuperarse Acapulco? Le puedo asegurar que no menos de tres años, para que más o menos un acapulqueño promedio, pueda vivir cómodamente con los servicios básicos a los que tiene derecho.
El cambio climático
El cambio climático o calentamiento global, como su nombre lo dice, ha traído muchos cambios para mal en nuestro planeta, pero no queremos darnos cuentas, basta con dar un vistazo al pasado y preguntarse ¿Cuántas veces sus abuelos o usted mismo se habían enterado de algo similar en esa hermosa costa?
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