Al acercarse la Nochebuena y la Nochevieja, una preocupación común de los propietarios de mascotas es la reacción de su perrito a la pirotecnia que se quema durante los festejos.
Pero no es el único factor de las celebraciones del que hay que cuidar a nuestro animalito, pues éste puede verse afectado también por la comida que cae de la mesa durante la cena, los microorganismos que portan los visitantes a la casa y la personalidad de los invitados más pequeños.
“Lo ideal es que nuestra mascota no esté cerca de los invitados, sino resguardada”, dice la médica veterinaria zootecnista Erika Macías Torres, directora de la Veterinaria Colitas Felices.
Resguardada no significa amarrada. “Es preferible que esté libre en un espacio disponible para ella, ya sea una habitación, el jardín o el patio trasero”, añade.
Recuerda que los caninos perciben a los humanos con los que viven como integrantes de una misma manada y a los extraños, como invasores de su espacio. “Si el perro es más grande que el niño, éste va a representarle una presa. El perro le puede causar desde un susto por ladrarle hasta una mordida en el rostro”, advierte.
De ahí que los adultos deban aconsejar a sus hijos que, por precaución, no se acerquen a la mascota del hogar que visiten. “Papá y mamá deben instruir a los hijos que no molesten a los animales”, señala la veterinaria.
Cena sin huesos
Aunque se piense que los huesos del pavo son una comida suculenta para el canino, no se recomienda dárselos porque “son astillosos y pueden causarle daños graves en boca, estómago e intestinos”, alerta.
Hay que mantenerlo lejos también de los demás guisos de la cena ante el riesgo de que le afecten los recados y las especias con que se preparan, “además de que hay ciertas frutas que no pueden comer, como la uva”.
No hacerlo le traería como consecuencia “diarreas y vómitos, algunas veces puede terminar hospitalizado”, añade. “Lo ideal es que coma solamente croquetas, que están diseñadas a base de carnes y proteína”.
La veterinaria Macías Torres destaca la importancia de que la mascota tenga al día su esquema de vacunación para prevenir el contagio de enfermedades de las cuales los invitados porten, sin saberlo, agentes infecciosos.
Si entre los visitantes hay fumadores, lo más conveniente es mantener a la mascota apartada de ellos, pues el humo del cigarro le desataría una alergia o algún otro tipo de reacción.
En relación con la pirotecnia, la veterinaria Macías Torres considera que lo mejor es no quemarla en casa y sí reemplazarla con opciones menos ruidosas, como las luces de bengala. “No podemos impedir que se vendan esos productos, pero sí regular la cantidad de ruido que ocasionamos”.
“Los animales perciben los sonidos de forma diferente a los humanos, pueden escucharlos más fuertes y más agudos y eso les causa temor. Pasa no solamente con perros y gatos, sino también con los caballos y la fauna silvestre”, asegura.
Ante la pirotecnia los caninos pueden reaccionar rompiendo cristales o rascando las puertas hasta el punto de arrancarse las uñas; huyendo de casa, con la consiguiente amenaza de ser atropellados, y vomitando.
Conversación
El estrés por el ruido puede sobrevenir igualmente por la música a alto volumen y las voces de los invitados. “Durante 11 meses vivimos sin tanta gente y ruido en nuestro hogar”, recuerda la médica veterinaria. “Hay perritos acostumbrados a la música, pero cuando es excesiva sí los afecta y sus reacciones son muy evidentes: retraen las orejas, se esconden, tiemblan, se orinan, se enojan y tiran a morder a cualquier persona”.
Para evitar estas respuestas durante la fiesta, la profesional aconseja colocar a la mascota en su casita o en una habitación, de preferencia a oscuras, que la provea de un ambiente tranquilo y le haga sentir protegida.
“Si notamos una anormalidad en nuestra mascota hay que acudir al veterinario para que nos oriente acerca de lo que debemos hacer”.— Valentina Boeta Madera
Fuente Diario de Yucatán