Moët & Chandon será el nuevo proveedor oficial de champán de la Fórmula 1, según se anunció el pasado miércoles. La marca francesa retoma su posición en la categoría reina del automovilismo tras una pausa de cuatro años, en los que los pilotos celebraron sus victorias con vino espumoso italiano.
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Moët vuelve al podio tras cuatro años de ausencia
La tradición de celebrar los triunfos en la Fórmula 1 con champán se reinicia con Moët & Chandon, marca que había sido patrocinadora oficial de la F1 entre 1966 y 2000. Durante los últimos cuatro años, los pilotos usaron vino espumoso italiano, específicamente de la marca Ferrari Trento, como parte de la celebración. Este cambio marca un regreso simbólico de Moët & Chandon a las victorias, en un año en que la Fórmula 1 continúa evolucionando con nuevos patrocinadores y alianzas.
Un acuerdo de largo plazo con la F1
El patrocinio de Moët & Chandon forma parte de un acuerdo más amplio entre el conglomerado LVMH (propietario de la marca) y la Fórmula 1. LVMH ha firmado un acuerdo de patrocinio de diez años con Liberty Media, la empresa matriz de la F1. Este contrato no solo cubre a Moët & Chandon, sino también a otras prestigiosas marcas del grupo, como TAG Heuer y Louis Vuitton. Estas marcas jugarán roles clave dentro del patrocinio global que abarcará diversos aspectos de la Fórmula 1 durante la próxima década.
Moët & Chandon también patrocinará el Gran Premio de Bélgica
El acuerdo entre Moët & Chandon y la F1 no se limita solo al suministro de champán. La marca francesa también se convierte en patrocinadora oficial del Gran Premio de Bélgica, que se celebrará en el icónico circuito de Spa-Francorchamps en julio. Este patrocinio refuerza aún más la presencia de Moët dentro del mundo de la Fórmula 1, asociando a la marca con una de las carreras más emblemáticas del calendario.
LVMH toma protagonismo en la F1
El acuerdo entre LVMH y la Fórmula 1 refleja la creciente influencia de los grandes grupos de lujo en el automovilismo. Además de Moët & Chandon, TAG Heuer, otra marca de LVMH, ha sustituido a Rolex como cronometrador oficial de la F1. Louis Vuitton, por su parte, se ha convertido en socio global y patrocinador principal del Gran Premio de Australia, que abrirá la temporada 2025 en marzo. Estas asociaciones posicionan a LVMH como uno de los jugadores más importantes en el mundo del automovilismo, con varias de sus marcas involucradas en la F1.
El legado histórico del champán en la F1
El champán tiene una larga tradición en la historia del automovilismo, particularmente en la Fórmula 1. En 1966, el piloto suizo Jo Siffert fue el primero en rociar champán accidentalmente a los espectadores en la famosa carrera de Le Mans, después de que el corcho de una botella se disparara debido al calor del sol. Al año siguiente, el estadounidense Dan Gurney recreó este gesto, agitó deliberadamente la botella y roció a sus compañeros, estableciendo así una tradición que perdura hasta hoy.
La relación de Moët & Chandon con la Fórmula 1 data de 1950, cuando la marca regaló una botella de champán al piloto argentino Juan Manuel Fangio tras su victoria en el Gran Premio de Francia en Reims. Moët estuvo presente durante décadas como patrocinador de la F1, consolidando su imagen de lujo en el automovilismo. Aunque Ferrari Trento ocupó el lugar de Moët durante los últimos años, el regreso de Moët al podio de la F1 marca un regreso a las raíces de la tradición del champán en este deporte.
Un brindis en Oriente Medio con agua de rosas
Cabe destacar que en algunas carreras de la F1 celebradas en Oriente Medio, la tradición del champán se reemplaza por agua de rosas. Esta costumbre se debe a las diferencias culturales en los países de esa región, donde el consumo de alcohol está restringido. El agua de rosas se utiliza como símbolo de celebración en estos eventos, adaptándose a las costumbres locales sin perder el carácter festivo de los podios.
El futuro del lujo en la Fórmula 1
Con Moët & Chandon regresando a las celebraciones del podio de la F1 y el respaldo de LVMH, la Fórmula 1 sigue consolidándose como un escaparate global para el lujo y la exclusividad. Las marcas que se asocian con el deporte no solo buscan visibilidad, sino también establecer vínculos duraderos con un público apasionado por el automovilismo y el estilo de vida de lujo que representa la F1. Este cambio es solo una parte de una estrategia más amplia para atraer a marcas de renombre y ampliar la experiencia del aficionado, tanto en las pistas como fuera de ellas.
Fuentes: Excelsior
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