Familias de los 43 normalistas desaparecidos exigen verdad y justicia.
A una década de la trágica desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, las familias de las víctimas aún esperan respuestas y justicia.
La noche del 26 de septiembre de 2014, los normalistas viajaban hacia Iguala para retener autobuses que les permitirían participar en la marcha conmemorativa del 2 de octubre en la Ciudad de México.
Sin embargo, fueron interceptados por la policía, lo que dio inicio a una serie de eventos que culminaron en una tragedia que aún sacude al país.
¿Qué pasó la noche del 26 de septiembre del 2014?
Esa fatídica noche, policías municipales de Iguala y otros elementos de seguridad agredieron a los estudiantes. David Maldonado, un sobreviviente, recordó cómo fueron atacados a balazos y dispersados, mientras otros fueron detenidos y subidos a patrullas.
Junto a los normalistas, el autobús del equipo de fútbol Avispones de Chilpancingo también fue atacado, resultando en la muerte de David Josué García, de tan solo 14 años.
El saldo final incluyó seis personas muertas, entre ellas tres normalistas, el jugador de fútbol y una pasajera de taxi atrapada en el fuego cruzado.
Además, 43 estudiantes fueron reportados como desaparecidos, lo que marcó el comienzo de una búsqueda desesperada por parte de sus familiares.
Diez años sin respuestas
Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los desaparecidos, señaló que inicialmente se pensó que los jóvenes aparecerían pronto. Sin embargo, los meses se convirtieron en años y el dolor y la incertidumbre solo aumentaron. En medio de la búsqueda, el cuerpo de Julio César Mondragón fue hallado con el rostro desollado, un acto de crueldad que conmocionó al país.
La atención se centró en el entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda, acusados de tener vínculos con el grupo criminal Guerreros Unidos y de ordenar la desaparición de los estudiantes.
Fueron capturados en noviembre de 2014, pero la verdad completa sobre lo ocurrido sigue siendo un misterio.
Jesús Murillo Karam, exprocurador General de la República, presentó la llamada “verdad histórica”, que sostenía que los normalistas fueron asesinados e incinerados en un basurero en Cocula. Sin embargo, las familias y organismos de derechos humanos han rechazado esta versión, denunciando irregularidades en la investigación y exigiendo justicia verdadera.
Hoy, a 10 años de esta tragedia, las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa continúan su lucha, exigiendo que la verdad salga a la luz y que los responsables paguen por sus crímenes. La pregunta sigue siendo la misma: ¿Dónde están los estudiantes?
Fuente: Unotv.com
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