Colores que hablan
Los claveles no son solo flores, son un lenguaje en sí mismos. El rojo, emblema del amor apasionado; el rosa, testigo de afectos imborrables; el amarillo, portador de desapego; y el blanco, símbolo de la pureza y la inocencia. Cada matiz pétalo cuenta una historia, y en enero, estos claveles se convierten en la paleta de emociones que marca el inicio del año.

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Un vistazo a la producción nacional
México, tierra de colores y tradiciones, se destacó en 2021 con una producción nacional impresionante de clavel, alcanzando la cifra de 4,650,583 gruesas. Este florecer se concentró en el Estado de México y Baja California, creando un tapiz floral que celebra la diversidad de la naturaleza mexicana.

Icono cultural y compromiso
Con su nombre científico Dianthus caryophyllus, el clavel no es solo una flor; es un icono cultural arraigado en la tradición española, asociado al folclore y reconocido como un símbolo de compromiso. Cultivado prácticamente durante todo el año, su esencia florece especialmente en primavera, recordándonos que el renacer está al alcance de nuestras manos.

Diversidad en cada pétalo
El clavel no se conforma con ser una flor común. Gracias a la investigación, hoy existen más de 550 variedades, desde los clásicos rojo, blanco y rosa, hasta tonalidades más atrevidas como morado, verde, terracota y combinaciones únicas. Entre las variedades más conocidas se encuentran el clavel común, chino, del poeta y silvestre.

El cuidado que merece el Clavel
La belleza del clavel se manifiesta no solo en sus colores, sino también en su resistencia y durabilidad. Con cuidados simples, puede adornar balcones, terrazas e interiores, añadiendo frescura y elegancia a cualquier espacio. Una exposición luminosa, temperaturas entre 22ºC y 25ºC, y riegos espaciados son la clave para mantener viva esta joya floral.

Versatilidad en flor
No es solo una flor para ocasiones especiales, el clavel es versátil y se adapta a diferentes contextos. Desde ramos de flores hasta composiciones florales, su presencia añade un toque de distinción. Los claveles rojos, por ejemplo, pueden transformar cualquier ambiente en una inspiración mediterránea, infusionando frescura y vitalidad.

Fuente: Medio tiempo
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