Chetumal.- Pese a subsidiar diversas actividades, el trabajo de la mujer no es reconocida como tal. Inclusive, las pocas que tienen salarios, están muy por debajo de lo que debiera.
Solamente en el Sur de Quintana Roo existen por lo menos 300 mujeres que desarrollan actividades agropecuarias no remuneradas con base a la Ley. Pero si se considera que otras se desempeñan en otros trabajos, la cifra puede quintuplicarse, por lo menos.
Pese a las campañas y celebraciones, para centenas de féminas pasan desapercibidos, porque será un día más con la misma rutina: atender la casa, cuidar a los hijos y en los casos en los cuales la fémina es el sostén del hogar o familia, trabajar intensamente, inclusive, en actividades no calificadas.
La investigadora del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Martha García Ortega, señaló que esta situación no es privativa de Quintana Roo, sino de todo México.
Destacó que hace falta que la sociedad, principalmente el modelo que rige el trabajo, les reconozca su esfuerzo con equidad.
Sobre todo en aquellas mujeres que se desempeñan como jornaleras en el campo, que es una actividad pesada pero no siempre bien remunerada, pues muchas veces son contratadas mediante palabra.
Reiteró que el esfuerzo de las mujeres es hasta el triple para desarrollar las faenas del campo, aún así no hay reciprocidad en la remuneración.
Dada su escasa preparación no siempre pueden acceder a programas o apoyos para sectores en vulnerabilidad, salvo Progresa o despensas, acotó.
Manifestó que son necesarias políticas públicas que verdaderamente beneficien a las mujeres, pues actualmente muchas con “letra muerta” que solo favorecen a las féminas en la teoría. Herlindo Vázquez