El progresivo deshielo de la criosfera puede agravar el cambio climático debido a los gases de efecto invernadero que almacena, según advierte la OMM. Polos y otras zonas de la criosfera almacenan el doble de gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera, convirtiéndose en un “gigante dormido” para el calentamiento global.
La OMM ha aprobado una resolución durante el Congreso Meteorológico Mundial para convertir la criosfera en una de sus principales prioridades. Esto implica una mayor coordinación en las observaciones de estas regiones, intercambio de datos y financiación para las investigaciones.
Más de mil millones de personas dependen del agua de la criosfera para alimentar sus ríos, por lo que el deshielo de los glaciares, Groenlandia y la Antártida tiene un impacto significativo. Contribuye a la mitad del aumento del nivel del mar, aumentando el riesgo de inundaciones, deslizamientos de tierra y otras catástrofes.
La OMM señala que los glaciares de referencia han reducido su grosor en promedio 1,3 metros desde 2021, una pérdida mayor que la media de la última década. En zonas como los Alpes, Suiza ha perdido el 6% del volumen de sus glaciares en un año y alrededor del 33% en lo que va de siglo.
En cuanto al hielo marino en la Antártida, su extensión en 2022 fue la más baja en los registros, casi un millón de metros cuadrados por debajo de la media de los últimos 30 años.