La destrucción de la presa de Kajovka en Ucrania ha generado graves inundaciones, dejando decenas de casas afectadas y más de 10 mil hectáreas de tierra agrícola bajo el agua. Aunque se espera que los niveles de agua se estabilicen en los próximos cuatro días, el impacto de este desastre sigue siendo significativo, según Ukrhydroenergo, la empresa encargada de las centrales hidroeléctricas en Ucrania.
En respuesta a la situación, las autoridades impuestas por Rusia en Jersón, una zona dividida por el río Dniéper, han declarado el estado de emergencia en los territorios bajo su control. Se estima que entre 22,000 y 40,000 personas se encuentran en la zona afectada, y hasta el momento se ha evacuado a más de 1,750 personas de las áreas más afectadas en la orilla occidental. En la orilla oriental, controlada por Rusia, se reportan más de 1,500 evacuados y 36 localidades inundadas.
El desbordamiento de la presa ha provocado la inundación de 10,000 hectáreas de tierras agrícolas en la margen occidental del río Dniéper. Sin embargo, las autoridades ucranianas no pueden ofrecer una evaluación precisa de los daños en la parte ocupada por Rusia en la provincia de Jersón. Según el Ministerio de Agricultura de Ucrania, se estima que 31 sistemas de riego en las provincias de Dnipropetrovsk, Jersón y Zaporiyia han quedado inutilizables debido a la destrucción de la presa.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha afirmado que la explosión que destruyó la presa y la Central Hidroeléctrica de Nueva Kajovka solo pudo haberse producido desde el interior de la infraestructura controlada por Rusia. Aunque Rusia continúa culpando a Ucrania por el ataque a la presa, el gobernador interino de Jersón, Vladímir Saldo, admitió que la destrucción de la presa beneficia militarmente a las tropas rusas.
En cuanto a las repercusiones militares, el Instituto para el Estudio de la Guerra ha afirmado que las imágenes y testimonios sugieren que la inundación ha causado daños a las posiciones ucranianas cerca de la orilla del Dniéper, obligando a las tropas a evacuar bajo el fuego de la artillería rusa. A pesar de ello, el comandante de las Fuerzas Armadas Conjuntas de Ucrania, teniente general Sergy Nayev, aseguró que las acciones del enemigo no afectarán la contraofensiva ucraniana.
Aunque algunos expertos han cuestionado los motivos detrás de la destrucción de la presa, señalando que no parece tener sentido para ninguna de las partes, las repercusiones en términos de inundaciones y situaciones militares continúan siendo una preocupación para Ucrania.
El impacto ambiental y humano de esta tragedia sigue siendo significativo, y las autoridades ucranianas están trabajando para brindar apoyo y mitigar los efectos de las inundaciones en las comunidades afectadas.
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