Los principales directivos del fútbol mexicano presentaron el pasado martes “cambios estructurales“, una lista de buenos deseos con los que pretenden llevar a la selección nacional a conseguir éxitos en la próxima Copa del Mundo que México organizará con Estados Unidos y Canadá.
Son buenos deseos porque, aunque el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), Yon de Luisa, y el presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, tengan la convicción de implementarlos, deberán primero ser aprobados por los dueños de los clubes de la primera división del país.
Estos “cambios estructurales”, como los presentaron los ejecutivos en una extensa rueda de prensa de más de una hora el pasado martes, se crearon tras un análisis de lo que llevó a México a quedar eliminado en la primera ronda del Mundial Qatar 2022, con lo que el Tri cortó una racha de siete copas del mundo en fila en las que se clasificó a octavos de final, un récord que presumía junto a Brasil.
Prometen cambiar el fútbol mexicano con estas propuestas
Entre las nuevas medidas, que se presentaron más de 60 días después del fracaso en Catar, están contratar a un seleccionador que conozca al futbolista mexicano y el balompié del país, el regreso a competencias con equipos de la Conmebol, incentivar la exportación de jugadores mexicanos a Europa y reducción de extranjeros de la liga.
Además, eliminar la repesca, con la que 12 de los 18 clubes de la liga tenían la oportunidad de aspirar al título, regresar el ascenso y descenso y eliminar la multipropiedad de los clubes mexicanos (existen 15 dueños que se reparten la propiedad de los 18 equipos).
Los dueños de los clubs son los de la última palabra
De todas, ninguna es una realidad ya que los jefes de los 18 equipos deberán aprobarlas en una votación en la Asamblea de Dueños de mayo, con miras a que entren en funcionamiento en la temporada 2023-2024, más de tres meses después del anuncio de De Luisa y Arriola, cuando el tema habrá quedado en el olvido de la mayoría de los hinchas y la prensa.
Esto generó que medios de comunicación y aficionados catalogaran a la rueda de prensa del martes como “atole con el dedo”, un dicho popular mexicano que se usa para nombrar medidas con las que políticos mexicanos prometen solucionar un problema mediático que en realidad no ataca la raíz del mal o que incluso nunca se cumplirá.
En el fútbol mexicano es común esta práctica. Un ejemplo es la eterna promesa de la eliminación de la multipropiedad, algo que se había prometido erradicar en 2018 y que no solo no se terminó, sino que se aumentó.
Ahora los directivos pusieron el plazo para 2026, siempre y cuando los dueños lo aprueben en la asamblea de mayo, junto a todos los buenos deseos del ingeniero De Luisa y del expolítico Arriola.
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Con información de EFE y López Dóriga Digital