En el último día del juicio en su contra en Nueva York, el expresidente Donald Trump reiteró su inocencia respecto a los cargos de fraude presentados por la fiscal general del estado, Letitia James. Aunque inicialmente se le había prohibido hablar, el juez permitió que Trump se dirigiera a la corte, siempre y cuando se limitara al tema en juicio.
“Soy inocente“, declaró Donald Trump, subrayando que no hay testimonios en su contra. Afirmó que el caso es parte de una “caza de brujas” y lo atribuyó a motivaciones políticas, argumentando que es una interferencia electoral destinada a evitar que vuelva a ganar. Además, atacó a la fiscal general James, alegando que la persecución en su contra es un intento de evitar su éxito como empresario y figura política.
Los abogados de Donald Trump sostuvieron que ninguna institución financiera ha emitido informes de mala conducta o actividad fraudulenta en su contra y que la fiscalía no ha presentado pruebas sólidas. Christopher Kise, abogado de Trump, también cuestionó la cantidad de la multa propuesta por la fiscalía, calificándola de especulativa.
Este caso, impulsado por la fiscal general de Nueva York, busca responsabilizar a Donald Trump y otros acusados por fraude continuado en la Organización Trump. La fiscal James ya obtuvo una victoria previa al juicio al lograr que el juez dictaminara de manera sumaria la responsabilidad de los acusados por fraude. Trump enfrenta una posible multa de 370 millones de dólares y un veto de por vida en el sector inmobiliario del estado.
La defensa de Trump ha mantenido una posición firme, afirmando que el caso es una persecución política y que no hay pruebas suficientes para respaldar los cargos presentados. El juicio ha atraído una atención significativa y destaca la compleja relación entre la esfera legal y la política en Estados Unidos.
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