Brasil enfrenta la campaña más polarizada de los últimos tiempos y muestra una dinámica similar a la de los comicios de 2018 tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
El Partido de los Trabajadores de Lula consiguió el 48,4% de los votos, mientras que el Partido Liberal del actual presidente Bolsonaro obtuvo el 43,2%.
Para poder ganar era necesario al menos el 50%, por ello, este 30 de octubre ambos candidatos deberán medirse en una segunda vuelta.
Con el fin de llevarse las elecciones, analistas opinan que los candidatos la lanzarán una mezcla de propuestas y que cada uno explorará las fragilidades de su adversario. La otra clave está en a dónde irán a parar los votos de los otros candidatos.
Todo está abierto para una segunda vuelta que se espera igual de polarizada y que tiene el país claramente dividido entre sur y norte.
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