Este miércoles, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) en la Ciudad de México se vio envuelta en un grave incidente tras recibir amenazas sobre un posible artefacto explosivo en sus instalaciones. La noticia llevó a la suspensión de clases en el turno matutino y generó una rápida respuesta por parte de las autoridades.
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Suspensión de Clases y Protocolo de Emergencia
A través de un comunicado publicado en su página de Facebook, la ENAH informó a la comunidad académica sobre la decisión de suspender las clases debido a la amenaza. La escuela, ubicada en Periférico Sur y C. Zapote S/N, en la alcaldía Tlalpan, prometió proporcionar más información en breve sobre la situación.
La dirección de la ENAH tomó medidas inmediatas para garantizar la seguridad de estudiantes y personal, implementando un desalojo ordenado de los aproximadamente 500 individuos que se encontraban en el plantel en ese momento. La decisión de suspender actividades académicas fue recibida con preocupación, pero también con un sentido de urgencia por parte de la comunidad educativa.
Intervención de las Autoridades
Ante la amenaza recibida, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México activó sus protocolos de emergencia. Agentes de la Policía Auxiliar fueron desplegados en la ENAH para atender el reporte. Según el comunicado de la SSC-CDMX, los oficiales llegaron rápidamente a las instalaciones para investigar la situación.
Mientras realizaban funciones de patrullaje en la colonia Isidro Fabela, los policías fueron alertados a través de la frecuencia de radio sobre el hallazgo de un supuesto artefacto explosivo. Esto desencadenó una respuesta rápida y coordinada para garantizar la seguridad en el área.
Desalojo y Coordinación de Seguridad
El personal administrativo de la ENAH informó a los efectivos policiales que habían recibido una llamada anónima alertando sobre la posible bomba en el interior de la escuela. En respuesta, los agentes activaron de inmediato los protocolos de evacuación, lo que llevó al desalojo de estudiantes, docentes y personal administrativo.
Los estudiantes fueron guiados con calma hacia el exterior del edificio, donde se llevó a cabo una revisión exhaustiva para asegurarse de que todos estuvieran a salvo. La situación, aunque tensa, fue manejada con profesionalismo, y los estudiantes mostraron cooperación durante el proceso.
Búsqueda del Artefacto Explosivo
Una vez que el desalojo fue completado, se coordinó la llegada de más elementos de la Policía Metropolitana, específicamente del Agrupamiento Zorros, especializados en la detección de explosivos y situaciones de alto riesgo. Este equipo realizó un recorrido metódico por las instalaciones y los alrededores de la ENAH en busca de cualquier indicio de un artefacto explosivo.
A pesar de la gravedad de la amenaza, tras una revisión exhaustiva, las autoridades no encontraron nada que pusiera en riesgo la seguridad de la comunidad educativa. Los agentes confirmaron que no había evidencias que sugirieran la presencia de una bomba, lo que permitió que las autoridades comenzaran a desactivar el operativo.
Comunicación Continua con la Comunidad
A lo largo del incidente, la ENAH mantuvo una comunicación abierta y constante con su comunidad, informando sobre el desarrollo de la situación y asegurando que se tomarían todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de todos. En su comunicado, la institución expresó su compromiso con la seguridad y el bienestar de sus estudiantes y personal docente.
Las autoridades reiteraron que se tomarían medidas adicionales para investigar la amenaza y se buscaría identificar a la persona o personas responsables de hacer la llamada que alertó sobre el supuesto artefacto. Este tipo de incidentes no solo perturban la rutina académica, sino que también generan un clima de inseguridad que debe ser abordado con seriedad.
Fuentes: Aristegui noticias
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