En tiempos de creciente inflación, muchas familias en Quintana Roo han optado por una alternativa económica al agua embotellada de grandes marcas: las dispensadoras de agua purificada locales. Sin embargo, esta búsqueda de ahorro puede estar poniendo en riesgo la salud de cientos de hogares debido a problemas graves de calidad en estos expendios.
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El Aumento de la Inflación y el Boom de los Expendios de Agua
La inflación ha golpeado con fuerza los presupuestos familiares, impulsando a muchas personas a buscar maneras de reducir gastos. Una de las alternativas más comunes ha sido el uso de agua purificada de dispensadoras locales. A primera vista, la opción parece atractiva: el costo es significativamente menor en comparación con las grandes marcas. Un medio botellón se puede encontrar entre 5 y 7 pesos, mientras que un garrafón entero se vende entre 10 y 12 pesos. En contraste, el precio de las grandes marcas ha subido a 44 pesos por garrafón, un incremento notable que ha impulsado a muchos a buscar alternativas más económicas.
Este aumento en la demanda ha llevado a un crecimiento explosivo en el número de expendios de agua purificada en la región. La Asociación de Dispensadoras y Purificadoras de Agua de Quintana Roo reporta que el número de miembros se ha disparado de 128 en 2019 a más de 242 en mayo de 2024. Esta expansión rápida, aunque beneficiosa para quienes buscan economizar, también ha traído consigo serios problemas de calidad.
Las Sanciones se Endurecen: Un Alerta para la Salud Pública
La Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha reaccionado ante el creciente problema con un endurecimiento de las sanciones. En lo que va del año, 23 expendios de agua purificada han sido clausurados, en comparación con 17 clausuras en todo 2023. Estas sanciones han sido impuestas debido a incumplimientos graves en la calidad del agua. Las multas impuestas a estos establecimientos varían entre 8 mil y 86 mil pesos, dependiendo de la gravedad de las irregularidades encontradas.
El principal problema radica en las condiciones insalubres de muchos de estos expendios. Las inspecciones revelan que un número alarmante de dispensadoras presenta contaminantes como algas, moho e incluso excrementos. Estos problemas se deben a deficiencias en las construcciones, instalaciones y equipos de potabilización, que no cumplen con los estándares establecidos para garantizar agua segura para el consumo humano.
Un Ahorro Que Puede Costar Caro
La búsqueda de ahorro no debería comprometer la salud. Aunque el costo más bajo de las dispensadoras locales puede parecer atractivo, el riesgo de contraer enfermedades gastrointestinales por consumir agua de baja calidad puede tener consecuencias serias. Las enfermedades derivadas de agua contaminada incluyen desde simples molestias digestivas hasta infecciones graves que pueden requerir atención médica y tratamientos costosos.
La tendencia hacia el ahorro, exacerbada por la inflación, ha creado una oportunidad para que algunos negocios descuiden la calidad en favor de las ganancias rápidas. Este fenómeno ha llevado a que muchos consumidores, en su esfuerzo por ahorrar, terminen enfrentando problemas de salud que podrían haberse evitado con una mayor regulación y supervisión.
Fuentes: Novedades Quintana Roo
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