El software espía Pegasus infectó los dispositivos del director y de la coordinadora del Área Internacional del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), Santiago Aguirre y María Luisa Aguilar.

Fundado hace 25 años, el Centro Prodh se dedica a la promoción y defensa de los derechos humanos. En su fase de litigio ha participado en los casos Ayotzinapa, Guardería ABC, Mujeres de Atenco, Pasta de Conchos, Tlatlaya, Alberta y Teresa, entre muchos otros.
Según un dictamen emitido por Citizen La, los directivos del centro fueron blanco de al menos cinco infecciones alrededor de junio, julio y septiembre de 2022.
Los teléfonos de las víctimas de espionaje recibieron una alerta de Apple en diciembre de 2022, notificando que habrían sufrido una intromisión ilegal por atacantes patrocinados por el Estado.
Santiago Aguirre fue atacado con Pegasus en el año 2016, siendo sujeto de espionaje ya en dos sexenios, durante la administración de Enrique Peña Nieto (PRI) y ahora de Andrés Manuel López Obrador (Morena).

Estos casos se suman a una larga lista de personajes de la esfera pública que han sido blanco del sistema de espionaje en México; no se conoce la cifra exacta de víctimas, pero apuntan que solo en un periodo entre 2016 y 2017 más de 50 mil números fueron ingresados al sistema de NSO Group.
El último seguimiento ilegal apunta directamente al Ejército Mexicano. Las comunicaciones del activista Raymundo Ramos fueron seguidas por el Centro Militar de Inteligencia, que es el usuario final del programa de espionaje que vende NSO Group.
La evidencia recolectada por Artículo 19, la Red en Defensa de los Derechos Digitales, Social Tic, el propio Centro Prodh y medios como Aristegui Noticias, Proceso y Animal Político apunta que es precisamente el Ejército mexicano el que utiliza esta herramienta.
Los elementos disponibles hacen al Centro Prodh llamar a cuentas al Ejército. En un pronunciamiento se da cuenta de una institución en creciente empoderamiento y sin controles adecuados, resistente a rendir cuentas y que funciona bajo lógicas poco democráticas.

Durante una revisión se observó que alrededor de las fechas de infección sus representantes estuvieron involucrados en la defensa y vocería de casos de alto impacto en materia de derechos humanos.
Por su parte, el centro Prodh considera especialmente grave la repetición de actividades de espionaje contra su organización, pues evidencia el interés de quien lo comete de interferir en el legítimo trabajo de defensa de derechos humanos, acompañamiento a víctimas de graves violaciones a derechos humanos y exigencia de verdad y justicia.
Afirman que la impunidad en casos de espionaje ha permitido la reiteración de casos, pues la Fiscalía General de la República ha fallado en que los responsables del espionaje rindan cuentas por la adquisición y uso de Pegasus.
Fuente: Aristegui Noticias