El presidente de Colombia, Gustavo Petro le declara la guerra a los créditos llamados “gota a gota” o “pagadiario” modalidad llevada a cabo en dicho país.
Con los créditos “gota a gota” los deudores terminan pagando intereses que van desde el 10 al 30 % mensual, tipificado como delito en el Código Penal.
Incluso, no cumplir con los pagos puede costarles la vida a los deudores.
El mandatario dio a conocer la semana pasada su propuesta para eliminar dicha modalidad y reemplazarlo “por un sistema de crédito cooperativo”.
Se trata de “una banca de desarrollo” para los sectores históricamente excluidos.
A pocos días de haber sido electo, Petro propuso a la banca tres tareas que permitieran acabar con los prestamistas usureros:
- Democratizar los créditos
- Dar más financiamiento al sector agrario e industrial
- Avanzar en una “economía más descarbonizada”.
El difícil acceso a la banca y al financiamiento formal en Colombia es el principal aliciente para que los pequeños comerciantes recurran a los “prestadiario”.
Por lo tanto, el sector bancario asegura que esta dispuesto a “trabajar juntos” con el Gobierno para abrir estas posibilidades, incluso desde lo privado.
La propuesta es que el financiamiento “popular”, con intereses más justos, esté a cargo del Banco Agrario, y que esta entidad destine al menos seis billones de pesos para inyectar dinero a los sectores productivos de la economía.
El 60% de la población adulta está bancarizada en Colombia, lo que deja a otro 40% fuera del sistema formal, según el Global Findex 2021 del Banco Mundial.
A esta situación se agrega el difícil acceso al crédito, que se ahondó aún más durante al pandemia de covid-19.
Datos del DANE, citados por Forbes, señalan que la cifra de micronegocios que acudió al sector bancario para solicitar créditos bajó de 72,2 % en 2019, a 52,8 % en 2021, una caída de 19,4 % que preocupa.
Si en 2019 el 13,9 % de los microemprearios optaban por los ‘prestadiario’, en 2021 el porcentaje se extendió al 24,4 % de los comerciantes, a pesar de los riesgos.
Por lo general, la modalidad ‘gota a gota’ se trata de personas que tienen solo 30 días para pagar el monto total del préstamo obtenido y los intereses, mediante cuotas diarias.

Las mafias por lo general utilizan a otros ciudadanos –llamados ‘goteros’– para actuar de cobradores que usan métodos de intimidación para evitar la morosidad.
En caso de fallar con el pago diario, los cobradores pueden amenazar el negocio o a los familiares, y hasta matar al deudor.
Al tratarse de un préstamo de forma irregular, las víctimas de estas extorsiones pocas veces denuncian y terminan trabajando para poder liquidar el adeudo.
Petro indica que la economía en esta modalidad se pone al servicio de las mafias, que se aprovechan de la necesidad de los más pobres.
Así, Gustavo Petro prevé que su propuesta de financiamientos “populares” no solo podrá negociarse en varias instancias antes de volverse realidad, sino que probablemente evite lucrar con un negocio con poca visibilidad.
Fuente: RT
Imagen: El Economista/Infobae