Pareciera que aun cuando no está el presidente lo está. Se enfermó, y todo tema prioritario en el país pareciera pasar a segundo o tercer término. Entre los presidenciables, llamadas “corcholatas” se corrió una competencia para ver quién salía mejor parado dependiendo lo que vaya a pasar con la salud del presidente. Estudios sobre varias interrogantes ¿Quién sería el que llevaría la titularidad del ejecutivo en tanto se designa a un presidente sustituto? ¿Podría ser candidato quién hubiera ejercido de manera provisional la presidencia? ¿Quién no echó campanas al vuelo y salió en la foto con la primera dama? La oposición sin saber si ataca o no ataca, si pide transparencia de la salud presidencial o de los temas que están en el tintero del país.
Por el momento, temas que parecen marcar una pausa o morir con este suceso. El primero, el caso de lo sucedido en una estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM) y los migrantes que murieron en su interior. El segundo, las súper vacaciones del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional. Tema en el cual, nunca pudo el presidente esclarecer o dar por lo menos una versión convincente que revirtiera el escándalo. Y tercero, y no menos importante, su cruzada por la opacidad y cero transparencia.
Recordemos que cuando la “diabólica” reforma energética se aprobó en el senado y la cámara de diputados a finales del 2013, parecía que la turbulencia posterior a la aprobación estaría dando oxígeno a las protestas en la calle. Un 3 de diciembre de 2013, el entonces mayor opositor y excandidato presidencial Andrés Manuel caía por un infarto agudo… Y estaría fuera de las calles y de las protestas “que sin cabeza” pronto cesaron. Pero justo mes y medio después se aprobaría MORENA como partido político nacional por parte del Instituto Federal Electoral (IFE) un 26 de enero de 2014.
Así que, Habemus presidente.
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