Un hombre detonó un explosivo en las inmediaciones del Tribunal Supremo de Brasil, ubicado en la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia. El ataque suicida, que ha dejado un saldo de una única víctima mortal, ha generado alarma y consternación en el país, avivando tensiones políticas de gran calado. A pesar de las investigaciones en curso, el incidente sigue siendo un enigma en cuanto a sus motivaciones exactas y la identidad del autor, aunque las autoridades ya han establecido vínculos con la extrema derecha.
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La explosión que estremeció el corazón de Brasilia
El ataque ocurrió alrededor de las 9 de la mañana, justo en la puerta principal del Tribunal Supremo. Un hombre, aparentemente solo, activó el artefacto explosivo en el momento en que intentaba acceder al interior de la corte, sin lograrlo. La detonación fue lo suficientemente fuerte como para causar una gran conmoción, aunque afortunadamente no hubo víctimas adicionales, ya que el área estaba relativamente desierta en ese momento.
Poco antes de este atentado, otro explosivo fue activado dentro de un automóvil estacionado cerca de un edificio adyacente a la Cámara de los Diputados. Este segundo estallido no causó víctimas, pero subraya la naturaleza coordinada del ataque, lo que plantea la posibilidad de que se tratara de un acto más amplio de terrorismo político.
Identidad del autor aún incierta: ¿un acto aislado o parte de algo mayor?
Aunque la policía federal ha confirmado que el dueño del automóvil involucrado en el segundo estallido es Francisco Wanderley Luiz, conocido como “Tiu França”, un militante vinculado al Partido Liberal (PL) y afín al expresidente Jair Bolsonaro, las autoridades aún no pueden establecer si este es el mismo individuo que cometió el ataque suicida.
Tiu França, quien fue candidato a concejal en las elecciones municipales de 2020 en el estado de Santa Catarina, había dejado rastros en sus redes sociales horas antes del atentado. Publicó amenazas contra figuras de la izquierda, incluyendo expresidentes del país y un conocido periodista, e incluso en una de sus publicaciones mostró emoticones de ataúdes y bombas, acompañados de mensajes llamando a la intervención militar. Estos posts, ahora eliminados, dan cuenta de una ideología radicalizada que parece haber alimentado el ataque.
En cuanto a la identidad del atacante suicida, la vicegobernadora de Brasilia, Celina Leão, afirmó que las primeras informaciones apuntan a que el autor del atentado suicida es el mismo que activó el explosivo en el vehículo. Sin embargo, advirtió que aún no se puede confirmar esa teoría. El hombre fallecido, cuyas extremidades quedaron mutiladas por la explosión, fue hallado con más explosivos en su cuerpo, lo que complica aún más la identificación precisa.
Blindaje en Brasilia y un despliegue sin precedentes de fuerzas de seguridad
La ciudad de Brasilia se encuentra en un estado de máxima alerta tras este ataque. Las fuerzas de seguridad, incluidos efectivos del Ejército, blindaron el centro de la capital mientras realizaban búsquedas para detectar otros posibles artefactos explosivos en la zona. A su vez, el Tribunal Supremo suspendió la sesión que se estaba celebrando en ese momento, mientras que la Cámara de los Diputados continuó con sus labores, aunque también se evacuó temporalmente por motivos de seguridad.
El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, expresó su compromiso con la seguridad del país, asegurando que las fuerzas de seguridad estaban plenamente preparadas para defender la estabilidad democrática. La Policía Federal asumió la investigación y ha prometido llevar a cabo las pesquisas “con rigor y celeridad”, según palabras del abogado general de Brasil, Jorge Messias.
El trasfondo político: un vínculo con los bolsonaristas y el ataque del 8 de enero
El ataque de este miércoles resuena con la violencia y la tensión política que sacudieron Brasil el 8 de enero de 2023, cuando miles de extremistas intentaron dar un golpe de Estado contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. La Plaza de los Tres Poderes, escenario de los enfrentamientos de aquel día, se convirtió nuevamente en el centro de un atentado que, según algunos analistas, tiene claros tintes políticos.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, vinculó el atentado con el ataque del 8 de enero, señalando que la explosión y el vehículo involucrado pertenecen a un simpatizante del PL, el partido de Bolsonaro. Hoffmann calificó los hechos de “gravísimos”, advirtiendo que este tipo de acciones violentas buscan desestabilizar la democracia brasileña.
Los atentados del 8 de enero de 2023, en los que se destruyeron varias instituciones gubernamentales, aún están siendo juzgados. Más de 1.600 personas han sido acusadas en relación con esos ataques, de las cuales 227 ya han sido condenadas por el Tribunal Supremo, con penas que van desde 3 hasta 17 años de prisión.
Fuentes: Latinus
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