El Congreso de México avanza en la aprobación de un impuesto de 42 dólares por pasajero para los cruceros que arriben a los puertos del país. Esta medida ha desatado un intenso debate entre la industria turística, representantes empresariales y el Gobierno.
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Impacto en la competitividad
La Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe (FCCA) advierte que México perdería competitividad frente a otros destinos. La directora de la FCCA, Michele Paige, explicó que el impuesto hará que el turismo de cruceros en México sea un 213% más caro, lo que desincentivaría las visitas a México.
Preocupaciones del sector terciario
La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) también expresó su preocupación sobre el impacto del impuesto en la economía de las localidades que dependen del turismo marítimo. El organismo empresarial subrayó que las líneas de cruceros son un motor para el desarrollo económico en destinos clave como Cozumel y Puerto Vallarta.
Reacciones empresariales
La Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac) advirtió que México perderá hasta 10 millones de pasajeros y más de 3,300 escalas de buques. La Amanac pidió al Gobierno mexicano detener esta iniciativa en el Senado y mantener su exención.
Defensa del gobierno
La presidenta Sheinbaum defendió que no es un nuevo impuesto, sino un ajuste a un cobro ya existente. En una conferencia de prensa, explicó que el tema se discutió con las secretarías de Hacienda, Marina y Turismo, y aseguró que ha solicitado establecer un diálogo con las empresas navieras para abordar sus preocupaciones.
Consecuencias posibles
El impuesto podría tener consecuencias negativas en la economía de las localidades que dependen del turismo marítimo. Además, podría desincentivar las visitas a México y afectar la competitividad del país en el mercado turístico internacional.
Fuente: López Dóriga