La tensión entre Rusia y Ucrania se intensificó nuevamente el domingo tras un incendio en los terrenos de la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ocupada por las fuerzas rusas. Moscú y Kiev se culpan mutuamente de provocar las llamas, mientras la preocupación por la seguridad nuclear sigue creciendo.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que mantiene un equipo de observación en la planta, informó que sus expertos vieron humo negro proveniente del área norte del sitio tras múltiples explosiones. A pesar de la gravedad de la situación, el OIEA aseguró que no se han detectado niveles elevados de radiación ni daños directos a la seguridad nuclear.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acusó a Rusia de haber iniciado el incendio, señalando que era visible desde la ciudad de Nikopol, controlada por Kiev. Por su parte, Evgeny Balitsky, funcionario designado por Rusia en la región ocupada, responsabilizó a las fuerzas ucranianas de bombardear la cercana ciudad de Enerhodar, lo que habría desencadenado el fuego.
En un comunicado publicado en X (anteriormente Twitter), el OIEA mencionó que el equipo de la planta reportó un supuesto ataque con drones a una de las torres de enfriamiento, lo que habría causado el incendio. Sin embargo, un funcionario ucraniano en Nikopol, Yevhen Yevtushenko, sugirió que las fuerzas rusas habrían encendido deliberadamente neumáticos de automóviles en la zona afectada para simular un ataque.
Zelenski compartió un video que muestra un espeso humo negro saliendo de una torre de enfriamiento, aunque aclaró que el fuego no afectó el funcionamiento de la planta. Los seis reactores de Zaporiyia, que están ubicados cerca de la línea del frente, no están operativos, pero la instalación sigue dependiendo de energía externa para evitar un accidente catastrófico.
Este incidente es el más reciente en una serie de tensiones alrededor de la planta nuclear de Zaporiyia, un punto crítico en el conflicto en curso entre Rusia y Ucrania. Ambas partes se han acusado repetidamente de poner en peligro la seguridad nuclear, lo que mantiene a la comunidad internacional en vilo ante la posibilidad de un desastre nuclear en el corazón de Europa.