Comunidades mantienen viva la herbolaria
Chetumal, Quintana Roo. Las propiedades y beneficios de las plantas medicinales para curar o aliviar enfermedades han pasado de generación en generación dentro de la comunidad maya de Quintana Roo.
En la actualidad, la herbolaria, también conocida como medicina natural, tiene tanto profesionales de la salud moderna a su favor como detractores, quienes aún se cuestionan en torno al sustento científico de la medicina alternativa.
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Medicina ancestral una tradición milenaria viva
Mientras estas opiniones divididas llevan a un sinnúmero de debates infructuosos, hay familias y hasta comunidades del estado que han hecho de la herbolaria y la medicina tradicional su modo de vida.
Estos defensores del conocimiento milenario cuentan incluso con el apoyo del Gobierno federal, aunque ningún quintanarroense figura en la lista de los 753 médicos tradicionales de la Secretaría de Salud federal.
Por la sangre de María Pech Poot corre la tradición herbolaria que a lo largo de las generaciones se ha ido enriqueciendo. En su huerto y jardín en la comunidad de Nuevo Durango, Lázaro Cárdenas, cultiva plantas medicinales para tratar y prevenir diversas dolencias.
“Mi abuelita fue partera y cocinera tradicional, mi mamá aprendió de ella y a su vez yo de ella, desde cero. Aprendí incluso a sobar, si se tiene mucho aire en el estómago sé preparar un té a base de orégano, manzanilla. Es una tradición que sigue en el pueblo”, comentó Pech Poot.
Saber ancestral en la vida cotidiana
Originaria del poblado Cuncunul, Yucatán, lleva 38 años viviendo en Quintana Roo y en su huerto cultiva plantas como ruda, albahaca, orégano de Castilla, entre otras. Compartiendo más de su experiencia con las hierbas medicinales, comenta que si uno viene del sol y está acalorado, lo que se necesita es tomar un té de hojas frescas de naranja.
Nuevo Durango es un poblado con mucha tradición en el cultivo de plantas medicinales. “Para todo tenemos, cuando el bebé empieza a sudar frío y pegajoso y decimos que se pasmó, se pone un manojo de hojas de yuca a hervir y eso se le echa encima para que se alivie”, describe Pech Poot, madre de seis hijos, a quienes enseña sus conocimientos.
Plantaciones todo el año
Pech Poot cultiva cúrcuma, jengibre, zacate de limón, orégano, insulina natural (muicle), epazote, y vende las plantas a 25 y 30 pesos. Para combatir las plagas utiliza hojas de huachim, una planta que sirve como abono orgánico y biofertilizante para el chile habanero y el tomate. Para los hongos, emplea caldo de ceniza de leña.
Ecohuerto: Un proyecto de medicina tradicional
En la comunidad, hay un centro de ecoturismo comunitario que atrae a turistas de Estados Unidos, Canadá, España y México. Salvador Luna Vargas, profesor del departamento de Turismo Sustentable de la Universidad del Caribe (Unicaribe) y encargado del Ecohuerto, comenta que el proyecto, con 14 años de antigüedad, ha retomado fuerza involucrando a profesores y estudiantes.
El Ecohuerto, con una extensión de 200 metros, cuenta con una parcela de milpa, plantas medicinales como hoja santa, muicle y epazote, árboles frutales y maderables. “Aquí los estudiantes aprenden de los beneficios de lo que cultivan, conocen de las especies, hacen composta y cómo se cosecha”, explicó Luna Vargas.
Conectando con la naturaleza
El papel de los Ecohuertos es crucial en estos tiempos.
“La tecnología nos ha alejado de nuestra esencia: la tierra. Es importante volver a conectar con la naturaleza, saber que todos los alimentos que consumimos tienen un inicio y un trabajo. Para nuestra región, es viable y necesario, especialmente en Quintana Roo, donde las actividades primarias están olvidadas”, concluyó Luna Vargas.
La herbolaria y la medicina tradicional siguen siendo una parte vital del patrimonio cultural y la identidad de Quintana Roo, con un impacto significativo en la salud y el bienestar de sus comunidades.
Fuente: 24 hrs Quintana Roo
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