El poder en México se ha impuesto, un presupuesto a la medida de la elección, mega deuda para el 2024 (pero de eso hablaremos la siguiente semana), la prensa, los bots, las páginas, las plumas, los gobiernos estatales, los gobiernos municipales, y lo que resulte. La plancha gubernamental.
La línea está clara, y es destrozar a la virtual candidata de la oposición Xóchitl Gálvez. Hace unas semanas apenas escribía en esta columna que esa sería la constante con un presidente que es coordinador de campaña.
Es por demás decir que, el poder se ha adueñado nuevamente del discurso y la narrativa nacional, y la oposición luce desangelada, además de la inyección igual desde el poder para hacer que MC perfile a un candidato o candidata con un boom de frescura para dividir el voto opositor y ganar todo para el 2024.
Empecé a enumerar el presupuesto, primero, porque el presupuesto del siguiente año es gigantesco y huele, no huele, apesta a que será usado no solo para ganar, sino, para arrollar a la oposición.
Por lo que al frente le urge una narrativa convincente, una narrativa humana, un resurgir en una historia más allá del poder. México es un país de enormes desigualdades y de ahí que lo que se dicta en cada mañanera el presidente tenga tanto eco en el colectivo nacional, pero, nuestro país es más grande que eso, y es lo que se debe recuperar, la unidad de nación.
Hoy en nuestro Estado Quintana Roo, padecemos como nunca de una oleada de dengue, que a decir de la autoridad, se le han destinado millones… No como antes… Lo curioso es que ahora están más llenas las salas de urgencias.
Copiaron el diseño de comunicar como lo nacional, decir que se hace, cuando no se hace, decir que nunca se había atendido, cuando ahora es que se le rebasa. El dengue es solo una muestra, porque, de la seguridad…mejor ni hablamos.
Salud y seguridad, debe ser la prioridad, no solo discursiva, sino de fondo, (los teatros y lo que se hace difundir), no cambia la realidad del día a día de quienes la sufren y viven.
Quizá en lo nacional funciona, pero en lo local, no.
La plancha gubernamental le funcionó al PRI y lo amaron. No hay victorias eternas, ni presupuestos que no se caigan, MORENA disfruta las mieles del poder, mañana, serán recordados como los que estuvieron y lo hicieron peor de lo que decían combatir.
La esperanza de un México mejor cambiará de manos, eso es seguro.
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