El huracán Otis, que impactó la costa de Guerrero, México, como un huracán de categoría 5, ha dejado un rastro de destrucción en Acapulco y sus alrededores. Hasta el momento, se han reportado 45 muertos y 47 desaparecidos, y miles de personas han resultado damnificadas. Las labores de recuperación y recuento de daños están en curso, y el gobierno mexicano se enfrenta a una emergencia que ha sobrepasado su capacidad de respuesta.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha asegurado que se está trabajando para poner de pie a Acapulco, Guerrero y su pueblo lo más pronto posible. Ha destacado los esfuerzos para restaurar los servicios eléctricos y la seguridad en la región. Sin embargo, ha expresado su frustración por el acoso de los medios de comunicación, que según él, no acosaban a presidentes anteriores de la misma manera. López Obrador también ha mencionado la “guerra sucia” en los medios en su contra, que cree que se intensificará a medida que se acerquen las elecciones.
A pesar de la devastación causada por el huracán Otis, el presidente López Obrador señaló que las estructuras de los hoteles en Acapulco parecen haber resistido bastante bien. Sin embargo, admitió que las viviendas más humildes, especialmente aquellas con techos de lámina y cartón, no resistieron y necesitarán una atención inmediata. El gobierno federal está llevando a cabo un censo para evaluar los daños y planificar la respuesta.
En un comunicado conjunto, el Banco de México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Banjercito y la Asociación de Bancos de México anunciaron la puesta en operación del “Plan Billetes”. Este plan tiene como objetivo establecer Módulos de Atención de Servicios Bancarios para permitir que las personas retiren dinero en efectivo con tarjetas bancarias en poblaciones que lo necesiten en casos de desastres naturales.
El presidente López Obrador ha reiterado su compromiso de poner de pie a Acapulco y destacó la rapidez y eficiencia con la que su gobierno está trabajando en la respuesta a la emergencia provocada por el huracán Otis.
La situación en Acapulco por el huracán Otis es un recordatorio de la importancia de la preparación y la respuesta efectiva ante desastres naturales, así como de la necesidad de mantener la colaboración entre el gobierno, las fuerzas armadas y la sociedad civil para superar estos desafíos.
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