1 y 2 de noviembre, una celebración con raíces medievales
El Día de Muertos, una de las festividades más emblemáticas de México y América Latina, tiene un origen sorprendente:
La Europa medieval. Aunque se asocia comúnmente con las prácticas y celebraciones funerarias ancestrales mesoamericanas, la verdad es que las festividades del 1 y 2 de noviembre tienen raíces cristianas.
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Día de muertos y su fusión con la cultura mesoamericana
La Iglesia católica instituyó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, con el objetivo de honrar a los beatos y canonizados, especialmente a aquellos santos desconocidos que no tenían una fecha específica de celebración.
Esta fecha buscaba reunir a todos los mártires cristianos en un solo día, rindiendo homenaje a su legado y solicitando su intercesión.
Fecha para honrar a “Todos los Santos” y los mártires cristianos
El origen de esta celebración se remonta al siglo VII, cuando el papa Bonifacio IV designó el 13 de mayo como el Día de los Mártires. Sin embargo, en el siglo VIII, el papa Gregorio III trasladó la fecha al 1 de noviembre, coincidiendo con la dedicación de la Basílica de San Pedro en Roma.
Con el tiempo, el 2 de noviembre se convirtió en el Día de los Difuntos, una fecha para recordar a los seres queridos fallecidos.
La fusión de estas celebraciones con las tradiciones mesoamericanas dio origen a la rica y única cultura del Día de Muertos que conocemos hoy.
Transformación de celebración
En la época prehispánica, los mesoamericanos celebraban la muerte con rituales y ofrendas a los dioses.
La cultura azteca, por ejemplo, honraba a los muertos con la fiesta de Miccailhuitl, que se celebraba en agosto.
Los mayas, por su parte, tenían la fiesta de Pom, que se centraba en la ofrenda de alimentos y bebidas a los espíritus.
La conquista española y la introducción del cristianismo transformaron estas celebraciones. Los misioneros católicos adaptaron las tradiciones indígenas a la fe cristiana, creando una síntesis única que se refleja en la celebración actual del Día de Muertos.
Origen de celebración de raíces europeas
Hoy en día, el Día de Muertos es una fiesta que combina elementos cristianos y prehispánicos.
Las familias mexicanas y latinoamericanas construyen altares en honor a sus seres queridos fallecidos, decorados con flores, velas, fotografías y ofrendas de comida y bebida. Los niños disfrutan de la tradicional calavera de azúcar y los adultos recuerdan a sus antepasados con respeto y cariño.
El Día de Muertos es una celebración con raíces europeas que se ha enriquecido con la cultura y las tradiciones mesoamericanas.
Fuente: inah.gob.mx