Un Estudio de desecación y deflación explica por qué las “momias” de dinosaurios no son tan excepcionales, según un estudio publicado en ‘PLOS ONE’ por Stephanie Drumheller, de la Universidad de Tennessee-Knoxville, y sus colegas.
El término “momias de dinosaurios” se utiliza a menudo para describir los fósiles de con piel fosilizada, que son relativamente raros.
En este estudio, Drumheller y sus colegas combinan las pruebas fósiles con las observaciones de los cadáveres de animales modernos para proponer una nueva explicación de cómo podrían formarse esas “momias”.
Se examinó un fósil de un dinosaurio llamado Edmontosaurus procedente de Dakota del Norte que conserva grandes manchas de piel desecada y aparentemente desinflada en las extremidades y la cola. Identificaron marcas de mordeduras de carnívoros en la piel del dinosaurio.
Se trata de los primeros ejemplos de daños de carnívoros sin curar en la piel de un dinosaurio fósil y, además, es una prueba de que el cadáver del dinosaurio no estaba protegido de los carroñeros y, sin embargo, se convirtió en una momia.
Se sabe que los cadáveres de animales modernos se vacían a menudo porque los carroñeros y descomponedores atacan los tejidos internos, dejando atrás la piel y los huesos. Los autores proponen que los daños sufridos por la piel de este dinosaurio a causa de este carroñeo incompleto habrían dejado al descubierto su interior y permitido que se produjera un proceso similar, tras el cual la piel y los huesos se desecaron lentamente y quedaron enterrados.
Proceso de “desecación y desinflamación”
Este proceso, que los autores denominan “desecación y desinflamación”, es habitual en los cadáveres modernos y explica cómo podrían formarse las momias de dinosaurio en circunstancias relativamente ordinarias.
Los autores subrayan que es probable que existan numerosas vías por las que una momia de dinosaurio podría desarrollarse. La comprensión de estos mecanismos guiará la forma en que los paleontólogos recogen e interpretan estos fósiles tan raros e informativos.
Clint Boyd, paleontólogo principal del Servicio Geológico de Dakota del Norte, añade la momia no sólo nos ha enseñado que “los tejidos blandos duraderos, como la piel, pueden conservarse en cadáveres parcialmente carroñeros, sino que estos tejidos blandos también pueden proporcionar una fuente única de información sobre los otros animales que interactuaron con un cadáver después de la muerte”.
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