En una reveladora conferencia matutina en Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se refirió a sí mismo como un “presidente naco” y “chairo”. Este acto de autodenominación subraya su conexión con el pueblo llano y su postura en contra del clasismo y racismo, problemáticas que según él, siguen vigentes en el país.
“Y de una vez lo digo: soy un presidente naco, chinto, y chairo de Tepetitán, Macuspana, Tabasco y pertenezco al pueblo, y al pueblo raso, ya que quede claro”, manifestó López Obrador con determinación. Estas declaraciones surgen en medio de críticas hacia su gobierno y persona, que según el mandatario, están cargadas de machismo y clasismo.
López Obrador, conocido por su estilo franco y su cercanía con las clases populares, reafirmó que no pertenece a la élite privilegiada, conocida como “fifí”. “Y no soy fifí y respeto a los fifí, y todos podemos ser libres y no debe de haber clasismo ni racismo en nuestro país, ni machismo”, destacó.
En su discurso, el presidente también reflexionó sobre la identidad cultural mexicana, enfatizando la importancia del legado prehispánico. “Tengo la hipótesis de que lo que somos los mexicanos, lo importante del México de hoy, de México de la actualidad, lo heredamos del México antiguo (…) no quiere decir que no tengamos aportes de la civilización occidental, pero lo mejor es lo que viene del México profundo, del México prehispánico, por eso somos una potencia cultural”, explicó.
Las palabras de López Obrador subrayan su compromiso con la lucha contra el clasismo, el racismo y el machismo, así como su visión de un México más equitativo y justo. Su autodenominación como “naco” y “chairo” no solo refuerza su conexión con las bases populares, sino que también sirve como una crítica a las divisiones sociales y a los estereotipos que, según él, continúan afectando a la sociedad mexicana.
López Obrador busca convertir estos insultos en un símbolo de orgullo
Esta postura de López Obrador es coherente con su política de “primero los pobres” y su rechazo a las prácticas elitistas. Al identificarse con términos que a menudo se usan de manera despectiva, el presidente busca resignificar estas palabras y convertirlas en símbolos de orgullo y resistencia cultural.
En conclusión, la declaración de AMLO refleja su persistente enfoque en la igualdad social y cultural, posicionándose como un líder cercano al pueblo y comprometido en combatir las injusticias históricas que han afectado a las clases más desfavorecidas de México.
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