El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó su satisfacción por la decisión del gobernador de Texas, Greg Abbott, de retirar la barrera de boyas que había colocado en el río Bravo para evitar el paso de migrantes. Durante su conferencia de prensa matutina, López Obrador comentó que es un acto sabio cambiar de opinión y esperó que esta decisión sea un indicio de un mayor respeto hacia México por parte de las autoridades texanas.
La administración de Texas anunció la semana pasada que recogería la barrera flotante que había colocado en el río Bravo luego de que se descubriera que las boyas estaban en territorio mexicano. El Gobierno mexicano de López Obrador había presentado quejas diplomáticas al respecto, alegando que las boyas ocupaban una extensión de 230 metros en su lado del río.
López Obrador resaltó que el gobernador de Texas tomó esta decisión correctiva, retirando las boyas y las bases de alambre de púas que las sostenían, lo cual fue confirmado por las autoridades.
La colocación de esta barrera había generado controversia y críticas, especialmente después de que el cuerpo de un migrante apareciera atrapado en la misma. El Gobierno de Texas argumentó que el migrante había fallecido río arriba y que su cuerpo había sido arrastrado hasta las boyas por la corriente.
La decisión de Texas de retirar la barrera fronteriza flotante se produce en un contexto de aumento del flujo migratorio por México, tras la expiración en mayo pasado del Título 42 de Estados Unidos, una medida que había permitido la expulsión rápida de migrantes debido a la pandemia. En las últimas semanas, se han reportado casos de migrantes que fallecen al intentar cruzar el río Bravo, lo que refleja el incremento del flujo migratorio en la región. Durante el año fiscal 2022, Estados Unidos ha interceptado a más de 2.76 millones de migrantes indocumentados en la frontera con México.
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