Andrés Manuel López Obrador, defendió en una conferencia de prensa la consideración del gas natural como “energía limpia”, a pesar de las críticas de asociaciones ambientalistas. López Obrador argumentó que si bien es deseable dejar de utilizar combustibles fósiles, el proceso de transición hacia energías renovables lleva tiempo.
La defensa del mandatario surge en relación con un decreto de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) de México, emitido en mayo, que modificó la regulación para clasificar al gas natural como energía limpia. Esta medida forma parte de la política energética de López Obrador, que ha implementado cambios en las reglas para favorecer a las empresas estatales como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sin embargo, esta nueva normativa ha generado preocupación entre los grupos ambientalistas, quienes argumentan que obstaculiza la transición energética del país. México se había comprometido a generar el 35% de su energía a partir de fuentes renovables para 2024. El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Greenpeace México, la Iniciativa Climática de México (ICM) y Nuestro Futuro expresaron su descontento con la medida, señalando que viola el derecho humano a un medio ambiente sano.
López Obrador afirmó que está a favor de la utilización de vehículos eléctricos, baterías de litio y energías eólica y solar. No obstante, enfatizó que estos procesos llevan tiempo. Reconoció que el gas natural es un combustible fósil, pero mencionó la existencia de la crisis energética generada por el conflicto entre Rusia y Ucrania, y acusó a China, Estados Unidos y Alemania de utilizar carbón como fuente de energía.
El presidente concluyó declarando que el decreto considera al gas como una energía en transición hacia fuentes más limpias, y que no lo clasifica como una energía sucia o derivada del petróleo.
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