En una conferencia matutina en Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, refutó las afirmaciones de organismos internacionales que sitúan a México como uno de los lugares más peligrosos para periodistas en el mundo. López Obrador calificó estas afirmaciones como “estereotipos” mantenidos por la prensa extranjera y cuestionó la credibilidad de los informes de estos organismos.
El mandatario mexicano argumentó que, durante su sexenio, no hay impunidad en los crímenes contra periodistas y que se castiga a los responsables. Además, sugirió que estas afirmaciones son parte de un “estigma” utilizado por la prensa para cuestionar a su gobierno sin fundamentos sólidos. En lugar de aceptar la crítica, López Obrador desestimó las cifras presentadas por organismos internacionales como la OEA, sugiriendo que no reflejan la realidad de México.
López Obrador no ve la realidad de la violencia a los periodistas
Estas declaraciones de López Obrador se producen en un contexto donde la libertad de prensa y la seguridad de los periodistas en México han sido motivo de preocupación. Aunque hubo una disminución en los asesinatos de periodistas en 2023, se observó un aumento en las agresiones, muchas de las cuales estaban relacionadas con el contexto electoral. La situación ha llevado a críticas hacia el gobierno mexicano por su manejo de estos temas.
Las afirmaciones del presidente también se dan poco después de que justificara haber revelado el número telefónico de la corresponsal de The New York Times en México, Natalie Kitroeff. La periodista envió un cuestionario sobre la investigación de presuntos sobornos del Cartel de Sinaloa y del Cartel de los Zetas. Esta acción llevó al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) a abrir una investigación sobre posibles violaciones a la Ley General de Protección de Datos Personales.
La actitud de López Obrador hacia las críticas y su rechazo a aceptar las preocupaciones expresadas por organismos internacionales destacan la tensa relación entre su gobierno y la prensa. Este episodio también resalta la continua disputa sobre la percepción de la seguridad y la libertad de prensa en México, con visiones divergentes entre el gobierno y ciertos sectores de la sociedad y la prensa.
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