Jesús Juárez Rosales, conocido como KeMonito, uno de los luchadores más emblemáticos de la lucha libre mexicana debido a su estatura de 80 centímetros, ha denunciado maltrato, humillación y discriminación a lo largo de sus 35 años de carrera. El luchador comenzó su carrera bajo el nombre de Alushe, como mánager y escudero de Tinieblas, una leyenda de la lucha libre mexicana, pero fue tratado de manera diferente cuando adoptó el personaje de KeMonito en 2002. En lugar de ser un luchador respetado, se convirtió en un accesorio o una “mascota” de luchadores de estatura normal.
Su papel consistía en acompañar a luchadores de talla normal en el ring y a menudo era castigado por los rivales de estos luchadores. En 2008, KeMonito fue expulsado del ring por una patada de Último Guerrero, un luchador de 1.75 metros de altura. En otra ocasión, el Vampiro Canadiense, un luchador de peso completo, le realizó un martinete, un movimiento peligroso que puede causar lesiones graves en el cuello.
KeMonito expresó su deseo de dar visibilidad a las personas de talla baja y discapacitadas a través de su personaje en la lucha libre, pero se sintió marginado y discriminado en la industria. A pesar de su experiencia y conocimiento en el deporte, KeMonito afirmó que los luchadores de talla normal eran tratados de manera diferente y no recibía el mismo trato médico o atención que ellos.
Recientemente, KeMonito demandó al Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) por fraude y para reclamar salarios que le deben. También está considerando presentar una demanda por discriminación debido al trato que recibió en la empresa durante más de dos décadas.
El caso de KeMonito resalta los desafíos y la discriminación que enfrentan las personas de talla baja en la industria del entretenimiento y destaca la importancia de luchar por la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, independientemente de su estatura o discapacidad.
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