Luis Enrique Orozco, designado como gobernador interino de Nuevo León, reafirmó su posición y aseguró que, desde un punto de vista jurídico, es él quien ostenta la titularidad del Poder Ejecutivo del estado. Aunque enfrenta desafíos prácticos al no tener acceso a las instalaciones ni recursos gubernamentales, Orozco sostiene que la designación por parte del Congreso de Nuevo León y los pronunciamientos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación respaldan su posición.
En una entrevista, Luis Enrique Orozco señaló que solo el Congreso del estado podría removerlo de su cargo y que, por el momento, su posición es irrenunciable. Destacó que, a pesar de la falta de control sobre las instalaciones y recursos gubernamentales, cuenta con el respaldo de ciudadanos que reconocen su voluntad de beneficiar a la población de Nuevo León.
Luis Enrique Orozco lamentó la falta de colaboración en el proceso de transición, indicando que encontró el Palacio de Gobierno cerrado y rodeado de vallas y policías. A pesar de los desafíos prácticos, reiteró su disposición al diálogo y expresó que ha intercambiado breves mensajes con Samuel García, con la esperanza de resolver la situación de manera pacífica y legal.
La situación en Nuevo León sigue siendo compleja, con distintos actores políticos y legales involucrados. La resolución de este conflicto dependerá de futuras decisiones del Congreso local, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y las partes involucradas.
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