Resistencia ante propuesta de modernizar el patrimonio histórico
En un enfrentamiento entre tradición y modernidad, la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de reemplazar los vitrales de Notre Dame de París ha desatado una controversia que va más allá de la esfera política.
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La petición en línea, lanzada hace apenas dos semanas, ha cobrado fuerza, respaldada incluso por figuras cercanas al propio Macron.
El origen de la controversia
Aunque el Elíseo insiste en que la idea no fue originalmente de Macron, sino del arzobispo de París, Laurent Ulrich, el presidente se ha involucrado activamente.
La propuesta incluye un concurso entre artistas contemporáneos para presentar nuevas propuestas figurativas, dejando la elección en manos de un jurado.
Sin embargo, la resistencia se manifiesta no solo en números, sino también en voces influyentes, como la del periodista especializado en patrimonio, Didier Rykner.
Respaldo inesperado
La petición, impulsada por Rykner, ha ganado notoriedad al contar con el respaldo de Stéphane Bern, un allegado a Macron encargado de preservar el patrimonio francés.
Este apoyo revela una oposición significativa en la opinión pública respecto a la idea de reemplazar los vitrales del siglo XIX, diseñados por Eugène Viollet-le-Duc, por otros contemporáneos.
Cuestionamientos a la decisión de Macron
Rykner critica la forma en que Macron anunció la propuesta a solo un año de la reapertura de Notre Dame, sugiriendo una falta de consideración hacia posibles protestas.
Además, destaca que el presidente no puede tomar tal decisión unilateralmente en una democracia, anticipando posibles acciones legales por parte de asociaciones en defensa del patrimonio.
Protección legal de las vidrieras
El periodista advierte que las vidrieras de Viollet-le-Duc están protegidas como patrimonio nacional francés, lo que complica su traslado.
La idea de exponerlas en un museo genera preocupación sobre la posible pérdida del conjunto patrimonial.
Recordando las declaraciones de la exministra de Cultura, Roselyne Bachelot, Rykner destaca que la reposición de las vidrieras fue descartada anteriormente por cuestiones legales.
Movilización y entrega de carta
Para intensificar la presión, Rykner planea entregar una carta a Macron con más de 150 mil firmas el próximo 16 de enero.
Confía en la movilización mundial de los amantes de Notre Dame, argumentando que el interés patrimonial reside en la preservación del conjunto y no en exhibir las vidrieras en un museo.
Fuente: López Dóriga
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