En México, 30 por ciento de la población infantil tiene sobrepeso u obesidad, y los hijos de padres con sobrepeso, tienen hasta 50 por ciento más probabilidades de heredar esa condición.
Desde el embarazo, así como en los primeros meses y años de vida de los menores, se empiezan a dar los problemas de sobrepeso u obesidad, al existir malos hábitos alimenticios en la familia del bebé, aunado a la falta de actividad física.
En México, 30 por ciento de la población infantil tiene sobrepeso u obesidad, y los hijos de padres con sobrepeso, tienen hasta 50 por ciento más probabilidades de heredar esa condición.
Si la madre sube mucho de peso durante el embarazo porque come altas cantidades de grasas y azúcares, creyendo que debe comer como si fueran dos, sin saberlo está aumentando el riesgo de que su bebé sea obeso.
El nacimiento por cesárea y el no darles leche materna, son otros de los elementos que ayudan a que los menores ganen peso.
La idea de que un niño “gordito y rozagante” es sinónimo de saludable, o la de que los niños deben acabarse todo lo que se les sirve, son situaciones que favorecen el sobrepeso y la obesidad, indicó el encargado de la Clínica de Obesidad y Diabetes del Hospital Ángeles en la Ciudad de México, Jorge Enrique Ramírez Velásquez.
Expresó que la alimentación incorrecta empieza desde el biberón, porque acostumbran a endulzar la leche del bebé y peor si la lactancia materna se sustituye con fórmula.
“Estamos haciendo una muy mala nutrición, buscamos mucho tiempo la recompensa del niño para que deje de llorar con alimentos ricos en calorías, y esto va condicionando que el cerebro del niño se acostumbre a esos alimentos y que cada vez quiera más de esos alimentos”, indicó.
El también jefe del Departamento de Cirugía Bariátrica del Hospital General de México, manifestó además que la falta de actividad física de los menores genera un desequilibrio entre lo que comen y las energías que gastan, y al acumular grasa en el cuerpo suben de peso.
Mientras que Arturo Perea Martínez, coordinador de la Clínica de Obesidad del Instituto Nacional de Pediatría (INP), de la Secretaría de Salud, mencionó que hay causas prenatales que están relacionadas con la genética de los padres, que predisponen a los menores a tener sobrepeso u obesidad.
Pero también hay situaciones del medio ambiente como son las costumbres alimentarias de la familia y el no tener una rutina de ejercicio, que van en contra de la salud de los infantes.
“También, desafortunadamente, el avance tecnológico conduce a muchos niños de manera temprana que ganen peso porque no hacen ejercicio y eso es sedentarismo”, destacó.
Los especialistas señalaron que en el problema del sobrepeso y obesidad infantil los padres de familia son responsables de esta situación, porque los menores no son quienes realizan la compra de alimentos, ni son quienes los preparan, ni los que determinan las cantidades que ingieren.
Por lo cual, los adultos son quienes deben tener apoyo psicológico y con nutriólogos para que aprendan a preparar alimentos sanos en su casa o elegirlos en la calle.
(FUENTE MVS)