Activistas de Una Mano Amiga en la Lucha Contra el Sida (UMA) y migrantes de la comunidad LGBTI han alzado la voz para denunciar la violencia, el estigma, la discriminación y el acoso que enfrentan durante su estancia en la frontera sur de México. Según testimonios recogidos por la organización UMA, los migrantes LGBTI llegan en situación de vulnerabilidad y temen revelar su condición de vivir con VIH debido al rechazo que algunos experimentan al acceder a servicios médicos.
El presidente de UMA, Rossemberg López Samayoa, advirtió que los migrantes LGBTI, al igual que otros miembros de la comunidad migrante, afrontan homofobia y peligros como violaciones y secuestros. A pesar de las dificultades, han encontrado apoyo médico en organizaciones no gubernamentales.
El flujo de migrantes en la frontera ha aumentado nuevamente tras la expiración del Título 42 de Estados Unidos, una medida que expulsaba de manera inmediata a migrantes argumentando motivos de pandemia, y que ahora ha sido reemplazada por el Título 8 con mayores restricciones al asilo legal. A pesar de ello, los migrantes siguen cruzando territorio mexicano hacia Estados Unidos, enfrentándose a múltiples desafíos y peligros en el camino.
UMA ha brindado asistencia a miles de personas en la frontera sur de México, con un significativo porcentaje de atención hacia la población LGBTI, que ha sido particularmente vulnerable a la discriminación y la violencia. Los activistas y organizaciones continúan luchando por garantizar los derechos y la seguridad de los migrantes LGBTI, abogando por un trato justo y digno durante su tránsito en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida.
Es necesario que se tomen medidas concretas para abordar la violencia y discriminación que enfrentan estos migrantes, y que se promueva un ambiente de inclusión y respeto en la región fronteriza, para que todos los seres humanos puedan ejercer sus derechos fundamentales sin temor a represalias o abusos.
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