En Quintana Roo, un alarmante 64% de mujeres que trabajan en el sector informal o ganan menos de dos salarios mínimos enfrentan problemas severos de obesidad, revela un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Contrario a la creencia popular, estas mujeres no solo luchan contra la escasez económica, sino también contra su salud física.
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El Dilema del Dinero y la Salud
El informe “La relación de la obesidad con el empleo y los salarios en México” explora cómo el ingreso económico influye en los hábitos alimenticios y el estado físico de las mujeres. Aunque podría parecer lógico que aquellas con menos recursos tendrían una mejor salud debido a una menor disponibilidad de alimentos y actividad física intensa, los resultados sorprenden.
Según el profesor e investigador Raúl Núñez Estrada, estas mujeres enfrentan desafíos significativos. A pesar de tener ingresos limitados, destinan una parte considerable de su presupuesto semanal a alimentos de baja calidad y comidas rápidas, elevando así su gasto total en alimentación a niveles similares o superiores a mujeres con mejores ingresos.

El Costo Oculto de la Alimentación
Mientras que mujeres con trabajos mejor remunerados dedican tiempo y recursos a preparar comidas equilibradas, aquellas en empleos informales optan por opciones rápidas y accesibles, contribuyendo así al incremento de problemas de salud como la obesidad y otras enfermedades relacionadas.
“Nuestro estudio destaca que las mujeres con trabajos informales o bajos ingresos no solo tienen que enfrentar largas jornadas laborales, sino también condiciones que afectan negativamente su salud a largo plazo”, menciona Núñez Estrada.
El Impacto del Estrés y la Falta de Tiempo
Otro factor determinante es el estrés. Las mujeres que trabajan en el sector informal suelen enfrentar niveles más altos de estrés debido a la inseguridad laboral y económica, lo que conduce a decisiones alimenticias menos saludables como consumir snacks o bebidas azucaradas para combatir la ansiedad.

Perspectiva Futura y Necesidad de Políticas Públicas
Para abordar este problema creciente, los expertos enfatizan la urgencia de políticas públicas dirigidas a mejorar la calidad de vida de estas mujeres trabajadoras. “Es fundamental implementar programas que promuevan una alimentación balanceada y accesible, así como incentivos para la actividad física”, declara Núñez Estrada.
Fuentes: Novedades Quintana Roo
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