No es recomendable para la siguiente administración, reducir el impuesto especial a las gasolinas, afirmó el titular de la Secretaría de Energía (SENER), Pedro Joaquín Coldwell, al comparecer ante diputados federales.
Te puede interesar: Dos empresas de transporte público se aceran a nueva administración de OPB
Revertir el llamado “gasolinazo”, como demandan ciudadanos y congresistas, advirtió, generaría un “enorme boquete” financiero que afectaría los programas sociales del nuevo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, expresó el funcionario.
Lo anterior, al responder a cuestionamientos de legisladores federales, durante su comparecencia ante el Pleno de la Cámara de Diputados.
“No lo recomiendo, como convicción de mexicano, porque haríamos un boquete enorme a las finanzas públicas y afectaríamos al gobierno electo, en la restricción o cancelación de muchos programas sociales que se han anunciado en las últimas semanas”, apuntó.
Al subir a la Tribuna, el diputado de Movimiento Ciudadano (MC), Jacobo David Cheja, que estuvo acompañado por integrantes de su bancada, quienes desplegaron una manta con cuestionamientos sobre el incremento al doble, en los precios de las gasolinas, durante el presente sexenio, abordó el tema.
El secretario Joaquín Coldwell señaló que todos los ciudadanos quisieran que la gasolina fuera lo más barata posible, pero su precio se compone por distintas variables, incluyendo los precios internacionales e impuestos.
Entre los factores que llevaron a tomar la decisión a la que calificó como “extrema y controvertida”, indicó, se encuentra la devaluación del peso a causa del efecto “Trump”, es decir, por la llegada del magnate al gobierno de los Estados Unidos; así como la volatilidad internacional en los precios combustibles.
No haber incrementado los precios en México, dijo, habría afectado la calificación crediticia del país, y habría representado un duro golpe a los programas sociales vigentes y también, a los de futuras administraciones.
En otro tema polémico, como el fracking, el secretario de Energía se pronunció a favor de esa práctica, al señalar que se aplica en México desde los años 60, solo que no estaba regulada.
Afirmó que en la legislación mexicana se establecieron candados y restricciones al uso de agua potable, así como el reforzamiento de medidas para mitigar el daño ambiental que pudiera causar.
Lamentaría mucho, dijo, el día en que México cometiera el error de prohibir el fracking.
Los mexicanos pondrían de fiesta a Texas y a inversionistas norteamericanos que se dedican a la producción de gas y por ello, habría que pensar no una, ni dos sino cuatro veces, antes de tomar una determinación de ese tipo.
Es más inteligente una política pública que implemente zonas de salvaguarda para proteger áreas y ecosistemas frágiles, pero la prohibición generalizada de la fractura hidráulica, dijo, afectaría profundamente al país. Fuente: MVS Noticias