En la frontera sur de México, cientos de migrantes que se encuentran varados en un campamento improvisado en Tapachula están sufriendo las consecuencias de una ola de calor, las lluvias y la falta de atención por parte de las autoridades. Mientras el país enfrenta temperaturas superiores a los 40 grados, estas personas de diferentes nacionalidades viven en condiciones insalubres, rodeadas de basura, aguas negras y casas de campaña para protegerse del sol y la lluvia.
Joana Murillo, una migrante venezolana que ejercía como estilista y comerciante, informó a EFE que los niños son los más afectados por las enfermedades en este lugar, presentando síntomas como bronquitis, tos, fiebre, resfriado y diarrea. “Tienen diarrea constantemente, la tos no desaparece y ahí es cuando se produce la bronquitis”, denunció.
Esta situación refleja el panorama en México después de la expiración el mes pasado del Título 42 de Estados Unidos, una medida que expulsaba inmediatamente a los migrantes argumentando razones relacionadas con la pandemia. Ahora, se ha implementado el Título 8, el cual impone mayores restricciones al asilo legal.
En el campamento de Tapachula, se encuentran personas de China, África y Centroamérica, quienes denuncian la lentitud del proceso para recibir atención por parte de las autoridades y la espera de varios días para poder salir de la ciudad y regularizar su situación migratoria en otra localidad.
Dentro de una carpa improvisada, se encuentra Klebert Normil, un médico haitiano que brinda atención a los migrantes, tratando dolores musculares, hipertensión, fiebre, vómitos y problemas crónicos. Normil menciona que uno de los factores presentes en estas enfermedades es el cambio de temperatura, las lluvias, los golpes de calor y la exposición al sol, que afectan de manera diferente a cada organismo.
En el mismo campamento, Laydi Marian Terán, una migrante venezolana embarazada de siete meses y medio, acusa a las autoridades migratorias de separarla de su esposo. Expresa las dificultades que enfrenta al estar sola con su hija y su embarazo, sin comunicación ni apoyo.
Diariamente, llegan entre 200 y 300 migrantes a este lugar, quienes elaboran listas para subir a camiones que los trasladen a Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado de Chiapas, para continuar con los trámites migratorios.
Esta región se enfrenta a un flujo migratorio sin precedentes, con más de 2.76 millones de personas indocumentadas interceptadas por Estados Unidos en la frontera con México durante el año fiscal 2022. La situación en el campamento de Tapachula destaca la urgente necesidad de atención humanitaria y soluciones para estos migrantes que se encuentran en condiciones precarias y con problemas de salud.
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