Cancunenses buscan socorro financiero
En un fenómeno que no tiene precedentes, los bancos de Cancún están siendo invadidos por una marea de ciudadanos en busca de préstamos, desencadenada por las deudas acumuladas durante las festividades de fin de año.

La imprudencia financiera se ha apoderado de muchos, quienes, seducidos por la temporada festiva, gastaron más de lo planeado en cenas familiares, regalos, vacaciones y gastos imprevistos.
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Eada de créditos desenfrenados
Las filas, que parecen no tener fin, comenzaron a formarse desde antes de la apertura de los bancos, con algunos expresando su intención de solicitar préstamos personales sin plazo de pago. Miguel Ángel Uitzil May, presidente de la asociación de Especialistas Fiscales delegación Quintana Roo, señaló que la raíz del problema radica en el uso desmedido de crédito de tarjetas para gastos imprevistos, generando deudas que los ciudadanos ahora buscan mitigar.

Préstamos inmediatos
Uitzil May explicó que los préstamos ofrecidos por los bancos son inmediatos, con flexibilidad de pago que varía de 12 a 36 meses. El entrevistado resaltó que los montos pueden alcanzar los 10 mil pesos o más, adaptándose a la capacidad económica de cada solicitante. Además, reveló que otra modalidad incluye el pago a través de la nómina, permitiendo a los ciudadanos saldar sus deudas de manera programada, evitando impactos severos en sus finanzas personales.

Intereses fijos: El precio de la desesperación
Sin embargo, el alivio financiero no llega sin costos. Uitzil May alertó sobre las tasas de interés fijas, que oscilan entre un 22% y un 30% anual. A mayor plazo de pago, mayores intereses, advirtió. Esto significa que una deuda de 10 mil pesos podría acumular hasta 2,200 pesos en intereses, según la tasa acordada. Adicionalmente, cualquier retraso en los pagos resultaría en intereses moratorios, aumentando aún más la carga económica para los deudores.

Peligros de corto plazo: La trampa de pagos rápidos
Uitzil May destacó que los préstamos con periodos de pago más cortos representan movimientos financieros imprudentes. Estos, al abarcar la capacidad de pago de una persona en un lapso breve, pueden agotar significativamente el dinero recibido quincenalmente. Un recordatorio de que la prisa por liquidar deudas podría convertirse en una trampa financiera más peligrosa que la deuda misma.
Fuente: Novedades Quintana Roo
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