Miles de peregrinos provenientes del estado de Puebla han iniciado una emocionante travesía a pie de más de 100 kilómetros hacia la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. La peregrinación, que comenzó el pasado viernes, tiene como propósito celebrar y agradecer a la Virgen de Guadalupe en la festividad que se llevará a cabo el próximo martes. Augusto López, un joven de 23 años originario de Cuautlancingo, compartió su experiencia, indicando que esta caminata es una tradición familiar que ha llevado a cabo durante ocho años en compañía de sus padres, primos, hermanos, tíos y amigos.
Contenido
Peregrinos en Jornada de Sacrificio y Devoción
A mitad de la travesía, cientos de peregrinos han establecido un campamento temporal para descansar unas horas. Algunos llevan caminando uno o dos días, por lo que el descanso es fundamental. El frío intenso, con temperaturas de 5 grados, no detiene la marcha de los devotos, quienes optan por permanecer en movimiento. A pesar de la fatiga, los peregrinos retoman su camino a las cinco de la mañana, con café en mano y prendas abrigadoras para enfrentar las bajas temperaturas.
Cargando Pesadas Representaciones de la Virgen
Los peregrinos no caminan solos, algunos llevan consigo imágenes de la Virgen que alcanzan hasta los 4 metros de altura y pesan entre 10 y 20 kilos. Estas representaciones son llevadas con devoción y fervor, siendo una expresión física de su fe y agradecimiento. Además de las imágenes, algunos portan cuadros y veladoras como ofrendas por los favores recibidos durante el último año.
Tradición y Compromiso: Una Experiencia Anual de Fe
Alfredo Romero, peregrino de la capital poblana, comparte que este es su tercer año realizando la peregrinación, cargando una imagen de la Virgen de unos 3 metros y 15 kilogramos de peso. Para Romero, cargar la imagen es una forma de honrar a la Virgen y pedirle luz, vida y protección en el camino hacia la Basílica de Guadalupe. Otros peregrinos, como Cristian, participan por primera vez, impulsados por la curiosidad y el deseo de realizar esta experiencia única. Aunque su convocatoria en la colonia solo reunió a cinco personas, la fe los impulsa a caminar con devoción.
Esta peregrinación es más que una caminata física; es un acto de fe, gratitud y compromiso que se renueva año tras año. Los creyentes, con sus imágenes y ofrendas, avanzan con determinación hacia su destino, llevando consigo la esencia de su devoción a la Virgen de Guadalupe.
Fuentes: Aristegui Noticias
También te puede interesar: Iluminación de carretera una realidad