La iniciativa, impulsada personalmente por la primera ministra, Beata Szydlo, busca un pago de 1.000 euros y acceso a medicamentos más baratos a los niños con enfermedades potencialmente mortales.
Una comisión del Parlamento polaco analizará una propuesta del Gobierno para dar asistencia a las mujeres embarazadas que decidan no abortar y den a luz a niños con trastornos genéticos graves y enfermedades incurables.
La iniciativa, impulsada personalmente por la primera ministra, Beata Szydlo, llega como alternativa a la restricción del derecho al aborto en Polonia, una posibilidad que se barajó en el Parlamento y que fue aparcada ante la fuerte oposición en todo el país.
La propuesta del Gobierno prevé ayudas a las familias que tienen niños con enfermedades potencialmente mortales y graves trastornos genéticos, que recibirán un pago único de 4.000 zloty (cerca de 1.000 euros) y acceso prioritario a atención médica, medicamentos más baratos, ayuda psicológica y rehabilitación.
El Ejecutivo, muy vinculado a los postulados de la Iglesia católica, espera así ofrecer un apoyo suficiente a las familias con niños discapacitados y evitar que las futuras madres opten por el aborto en los casos en que se detecten anomalías en el feto.
La propuesta planteada ahora por el Gobierno se enmarca en el debate surgido el pasado 6 de octubre, cuando el Parlamento desestimó una iniciativa popular que proponía la casi total prohibición del aborto y penas de cárcel a quienes lo practicasen, después de que miles de mujeres vestidas de negro se echaran a la calle para protestar.
La actual legislación polaca, que data de 1993 y es considerada una de las más restrictivas de Europa, sólo permite la interrupción del embarazo en caso de violación o incesto, cuando representa un riesgo para la salud de la madre y cuando el feto presenta malformaciones graves.
Los datos oficiales indican que alrededor de mil polacas abortan cada año en el país, aunque organizaciones feministas como la Federación para la Mujer y la Planificación Familiar creen que la cifra real se sitúa en 150.000 casos.
Fuente: El espectador.